La empresa Cemex ha invertido en la fábrica de cementos de Lloseta 1,2 millones de euros en la instalación de una trituradora de biomasa vegetal con la pretensión de disminuir, en una tercera parte, el uso de combustible fósil (carbón y fuel), reduciendo, de este modo, las emisiones de CO2 a la atmósfera en unas 33.000 toneladas anuales, cifra equivalente a la que emiten 12.000 coches durante un año.

Las nuevas instalaciones fueron inauguradas ayer con la presencia del president del Govern, Francesc Antich; el consejero director general de Cemex España, Joaquín Estrada; el alcalde de Lloseta, Bernat Coll; y el director de la fábrica, Ignacio Miranda, además de otras autoridades y directivos de la multinacional.

Según el técnico de la fábrica, Mario Román, el nuevo equipo permitirá transformar en combustible para los hornos de cemento materiales de desecho como serrín, maderas sin metales, paja, cereales, podas agrícolas y forestales, palets, cáscaras de almendras y residuos de las almazaras, entre otros materiales. Según explicó, recientemente han sido transportadas de Túnez 4.500 toneladas de orujillo. También se emplearán como combustible los aceites residuales de la isla, evitando de este modo tener que ser transportados a la península. Para recoger el material de desecho, Cemex se ha puesto en contacto con los ayuntamientos del Raiguer para que, desde los puntos de recogida de residuos sólidos, puedan ser transportados a la fábrica. Se conoce la existencia de más de 13.000 toneladas de residuos de madera en las cercanías de la fábrica. Los particulares que producen materiales de este tipo también pueden entregarlos a la fábrica.

En la actualidad el consumo de biomasa de Cemex en España es de un 33 por ciento, mientras que en Lloseta está evaluada en un 23 por ciento, porcentaje aún lejano, ya que por ejemplo en Holanda se registra un 96 por ciento.