El ayuntamiento de Manacor presentó ayer la campaña para combatir la triquinosis de cara a proteger las próximas matances en su término municipal, aunque ya ha avisado que no impondrá controles férreos: "Estamos para informar y no para ser policías sancionadores".

La triquinosis es una infección que afecta a buena parte de mamíferos (aunque es peligrosa particularmente en los cerdos), que hayan ingerido carne cruda de otros animales como las ratas, afectados por la triquina, una dolencia que provoca quistes. Éstos, al pasar al estómago del carnívoro, liberan larvas que a través de a sangre viajan por todo el cuerpo provocando anomalías respiratorias y dolencias de corazón. La enfermedad se trasmite del animal al ser humano por el consumo de la carne cruda, como pueda ser la sobrasada.

Por ello, lo que sí hará el Consistorio será proporcionar unas pequeñas bolsas de muestras donde cada particular deberá depositar unos cuantos trozos del animal sacrificado. Este material será entregado al veterinario colaborador del municipio, Jaume Roig, que en un máximo de dos horas y por un precio que oscila entre los 20 y 30 euros, dará cuenta del resultado de los análisis. En caso de que dieran positivo, el animal sería intervenido y retirado del consumo.

El presidente del Colegio de Veterinarios de las Balears, Ramón García, recordó que "los controles son obligatorios desde junio del año pasado, y el responsable último es el particular, quien debe informar a la Administración de la matanza, ya que si hubiera una infección sería gravemente sancionado". Durante la campaña del año pasado, de las centenares de matances que se llevaron a cabo en Manacor, tan sólo siete fueron controladas. Tanto el regidor de Salud local, Antoni Mesquida, como el de Agricultura, Antoni Sureda, solicitaron una mayor implicación social, en especial de los colectivos "como el Patronat de Sant Antoni (quien mata varios cerdos de cara a la fiesta de enero) y Els Tastavins".