El polígono industrial de Son Dalmau pasará definitivamente a la historia. En un próximo pleno, el ayuntamiento de Petra tiene previsto aprobar de forma provisional una modificación puntual de las normas subsidiarias referente a la desclasificación definitiva del polígono en cuestión. Serán más de 100.000 metros cuadrados de suelo que se reconvertirán en rústico común. El propietario de esta superficie es la conselleria de Comercio e Industria del Govern, a través del Institut de Desenvolupament Industrial (IDI). En declaraciones a DIARIO de MALLORCA, el director de Infraestructuras y suelo industrial, Francesc Morell, informó de que el IDI actúa coordinadamente con el Ayuntamiento y anunció que en breve se procederá a una tasación y convocatoria de concurso público para vender los terrenos.

Cabe recordar que el polígono que se proyectó en Son Dalmau (a unos dos kilómetros del casco urbano de Petra, junto a la carretera Manacor-Inca) surgió en base a la intención de la empresa japonesa Phoenix Electric, presidida por Minoru Mishibori, de instalar una fábrica de lámparas halógenas. En esos momentos el alcalde petrer era Martí Santandreu, del partido Agrupació d´Agricultors; el presidente del Govern, Gabriel Cañellas, y el director general de Industria, Lluc Tomàs, ambos del PP. Propietarios afectados (se discutió un presunto beneficio de políticos y entorno familiar) mostraron su predisposición para la venta de los terrenos afectados. La conselleria de Industria efectuó una opción de compra para adquirir hasta un total de 100.000 metros cuadrados siempre que se confirmara la instalación de la fábrica de bombillas.

Hubo múltiples negociaciones y gran debate social. Finalmente, la Conselleria compró los terrenos pero la inversión japonesa no llegó. No hubo respuesta definitiva ni firma de convenio y no se construyó ninguna nave. De hecho, las malas hierbas y los reparos de algunos vecinos por la práctica tolerada del motrocross, constatan el abandono institucional de Son Dalmau. Ni Govern ni Ayuntamiento pudieron ayer concretar qué costó al Ejecutivo balear presidido por Cañellas la compra de los terrenos, si bien admitieron que "pudieron ser unos tres millones de pesetas por cuarterada, bastante dinero".

De los 68.000 m2 comprados inicialmente, en principio para la posible implantación de la fábrica japonesa, se pasó a unos 130.000 de cara a otros empresarios de Petra y pueblos de los alrededores.

El PSM consideró en diciembre de 1991 que la compra de tierras en Petra por parte del Govern era "especulativa", identificando claramente "els terrenys de Martí Santandreu" y cuestionando seriamente "el viaje a Japón del conseller Triay". En consecuencia, los nacionalistas rechazaban la inversión de 25,8 millones de pesetas por parte del ejecutivo dirigido por Cañellas entonces mediante la empresa pública Foment Industrial S.A.. Unió Petrera e Independents también mostraron su recelo por todo lo relacionado con la operación nipona, advirtiendo de que todo este montaje se puso en marcha de cara a las elecciones y se prometieron más de 50 empleos y una revitalización de la industria de Petra de manos de una fábrica de bombillas que, un año después de los comicios, se ´esfumó´. Agua de borrajas.

Descartado el proyecto nipón, los esfuerzos del Govern se centraron en transformar los cerca de doscientos mil metros adquiridos en un polígono industrial de cara al fomento empresarial del Pla.