Insultos, amenazas, escupitajos y gritos en un ambiente más que caldeado derivaron en una batalla campal. Lo que tenía que ser una pacífica protesta contra el correbou de Fornalutx acabó en agresiones, daños materiales en un vehículo, y una decena de agentes antidisturbios de la Guardia Civil intentando controlar a los asistentes para evitar un linchamiento.

Este fue el punto final a una tensa mañana en Fornalutx donde tuvo lugar una concentración antitaurina promovida por la entidad ecologista Ánima Naturalis. En ella participaron una docena de personas, que escenificaron en la plaza de Fornalutx una performance para reivindicar la supresión del correbou.

El ambiente estaba ya caldeado desde antes de que los ecologistas iniciaran su protesta. La Guardia Civil desplegó diez agentes en diferentes lugares de la plaza para prevenir posibles incidentes y al final los uniformados tuvieron que escoltar a los manifestantes hacia sus vehículos. Fue, precisamente, en su partida cuando estalló la ira, después de que un vecino rompiera de un puñetazo la luna trasera de uno de los vehículos de los ecologistas.

A posteriori se desencadenó un tumulto en el que los agentes policiales tuvieron que emplearse a fondo, incluso con el manejo de la porra, para controlar la cólera de los defensores más furibundos del correbou.

Durante la performance, que se prolongó durante una hora, la plaza de la vila se llenó de público, la mayoría vecinos Fornalutx y Sóller, que increparon a los manifestantes con gritos e insultos. Se sumaron a ellos numerosos menores de edad y jóvenes también en defensa del correbou. Algunos de los asistentes llegó, incluso, a escupirles.

La Guardia Civil optó entonces por desalojar a algunos asistentes y desplegar un cordón de seguridad alrededor de la performance para salvaguardar la integridad física de los manifestantes. Sin embargo, algunos miembros del público intentaron romper la línea policial para encararse con los ecologistas.

La tensión fue palpable desde el principio. Mientras desde el público se oían gritos de "volem el bou", "fuera, fuera" o "hijos de puta", entre otros, los ecologistas coreaban "derechos para los animales ya" o "basta ya de maltrato animal". El intercambio de proclamas se repitió a lo largo de la mañana.

La crispación fue en aumento cuando tres miembros de Ánima Naturalis escenificaron el correbou atando con cuerdas a un activista pintado de negro emulando un toro. Pero no alcanzó su momento cumbre hasta después del acto reivindicativo.

Los vecinos, que increparon reiteradamente a los antitaurinos, rompieron el cordón policial que protegía a los ecologistas hacia la salida del pueblo. En la calle Major los agentes cerraron el paso a las cerca de 200 personas que perseguían a los ecologistas. Entre ellos, varios concejales del ayuntamiento de Fornalutx.

Provocación

La batalla campal se desencadenó cuando los activistas abandonaban el pueblo en sus coches. Desde uno de ellos un ecologista hizo un gesto con su dedo corazón que acabó por alterar los nervios. Varios vecinos se abalanzaron sobre los coches y uno de ellos derribó la luna trasera del vehículo de un puñetazo. Los agentes policiales se vieron desbordados y tuvieron que hacer uso de las porras para detener e inmovilizar a los más violentos.

El representante de Ánima Naturalis, Ismael López, lamentó que "personas sin educación no respeten las ideas de los demás". "Nosotros sólo pedimos que no se haga esta fiesta y por eso invitamos al Ayuntamiento a que haga como en Felanitx donde los festejos taurinos han sido sustituidos por un circo sin animales", afirmó.

El alcalde defiende la fiesta

Por su parte el alcalde de la localidad, Joan Albertí, afirmó en declaraciones a IB3 Televisió que "nadie tiene que venir a decirnos qué hacer porque el pueblo de Fornalutx ya es lo suficientemente maduro para decidir". Algunos concejales de diferentes siglas políticas de Fornalutx participaron activamente en la protesta.

El correbou de Fornalutx tiene más de cien años de antigüedad y este año tendrá lugar el lunes 6 de septiembre. A lo largo de los últimos años, este festejo se ha visto reducido tanto en su duración como en el recorrido por las calles a fin de evitar enfrentamientos. Y en esta edición tampoco se le colocará al animal la corona de laurel.

El correbou 2010 viene precedido por la protesta de ayer que se contextualiza dentro del movimiento antitaurino surgido en España desde que Cataluña decidió prohibir las corridas de toros.

En Fornalutx, la opinión mayoritaria es a favor del correbou. Los vecinos niegan que se maltrate al animal y la protesta de ayer fue considerada un acto de "provocación".