En el centro histórico de la capital del Llevant se exhibe un nuevo atractivo. Se trata del hipódromo de Manacor, que pese a estar situado en la carretera Palma-Artà pretende celebrar su cincuenta aniversario (1960-2010) con toda la ciudadanía. Faltan sólo unos días para que el actual recinto hípico cumpla sus 50 años de vida deportiva, acompañada de una carga emocional en la sociedad. Una efeméride que merece ser festejada de manera distinguida.

Así, anteanoche, ya se daban los primeros pasos

de cara al público, con la inauguración de una exposición fotográfica, en la

Sala Sacma de Manacor. Se pueden contemplar imágenes que marcan el paso del tiempo en torno al emblemático hipódromo, hoy en día de carácter municipal, y en su día construido merced a la colaboración del pueblo.

Un nutrido grupo de ciudadanos fueron testigos presenciales de la exposición en su primer día de puertas abiertas. Podrá ser visitada hasta el próximo día 5 de abril. Al estreno acudieron destacadas autoridades, como la presidenta del Consell de Mallorca, Francina Armengol; el alcalde de Manacor, Antoni Pastor, y los actuales rectores del trote, es decir, del Institut de l´Esport Hípic y la Federació, con sus respectivos presidentes, Antoni Nadal y Francesc Parera. También asistieron longevos caballistas, caso del manescal Mora, y una larga lista de presidentes y directivos que han pasado por los estamentos del trote. A su vez, aficionados, manifestaron la popular expresión "jo hi era" al observar con detalle las imágenes en blanco y negro.

En los discursos políticos se ensalzó la relevancia del trote en Manacor, así como el importantísimo paso que se dio hace unos meses al pasar el hipódromo a depender del Institut Hípic de Mallorca, como hizo antes Son Pardo de Palma, significando ello una garantía de cara al futuro. Hubo un tiempo en los que los hipódromos se sostenían económicamente por sí mismos, cuando al recinto manacorí se le conocía como la Catedral del Trote, por su gran actividad y capacidad de convocatoria de público. Ha sido escenario de más de 2.500 reuniones hípicas, superando las 20.000 pruebas las disputadas en su pista. Con el paso de las décadas se ha ido modernizando. La instalación eléctrica, en 1972, supuso todo un revuelo de cara a las temporadas estivales. La nueva fisonomía que le dio el acabado de la tribuna cubierta hace cosa de unos cinco años también constituyó una gran mejora. Un recinto que, pese a sus pesares, sobre todo por sus limitadas dimensiones, siempre ha contado con una gran estima por parte de los caballistas y aficionados en general.

Por lo tanto, es de justicia valorar, 50 años después, el enorme esfuerzo que hicieron, bien trabajando desinteresadamente en su construcción, o adquiriendo 600 participaciones, a 1.000 pesetas cada una, para la compra de los terrenos, gran cantidad de gente, volcada en torno al considerado deporte balear, y que a fecha de hoy continúa teniendo prácticamente su exclusiva por lo que a España concierne. Un 50 aniversario que tendrá su punto álgido día 2 de abril, con una magna Diada, para la que se han preparado premios de carácter especial, y que en consecuencia se espera ver en pista a los mejores trotones del momento, en miras a repetir la hazaña ganadora que consiguiera la yegua Calmarina, en la primera carrera del recordado 3 de abril de 1960.