Unas cuarenta plagas inéditas hasta hace pocos años en Mallorca amenazan seriamente la supervivencia de numerosos productos hortícolas y plantas ornamentales de jardín. Los expertos avisan de que en los últimos cinco años, la presencia de plagas y enfermedades desconocidas hasta la fecha en la isla se ha multiplicado de forma muy preocupante en los campos y jardines isleños, por lo que instan a los agricultores a extremar las precauciones para evitar en lo posible que estas plagas se extiendan en sus terrenos y acaben con los cultivos de forma inevitable.

El jefe de la sección de Sanidad Vegetal de la conselleria de Agricultura y Pesca, Josep Rosselló, apunta que no hay una única explicación a la proliferación de plagas, aunque uno de los motivos está en la globalización y en el mayor tráfico internacional de productos agrícolas. "A veces, basta con que un solo huevo entre en la isla en un cajón de fruta para que se extienda una plaga rápidamente", explica. De hecho, hay enfermedades que afectan a cultivos del continente europeo que, según Rosselló, llegarán con toda seguridad a la isla, por lo que ya se han activado los mecanismos de prevención contra ellas.

Una de las plagas más preocupantes es la del picudo rojo (Rhynchophorus ferrugineus), detectada hace cuatro años en Mallorca, que amenaza con liquidar todas las palmeras ornamentales de la isla. Ya se han descubierto doce focos en Mallorca de este mortífero escarabajo y su control es "muy complicado". Hasta la fecha, ha acabado con 350 palmeras, aunque Rosselló asegura que hay muchas más infectadas que siguen sin detectar.

Otro ejemplo de epidemia muy destructiva es el de la oruga del tomate (tuta absoluta), descubierta en la isla en 2008, cuya forma de actuar "no es comparable a lo conocido hasta la fecha", con una elevada resistencia a los insecticidas. Tiene una "altísima capacidad de reproducción" y los expertos dudan de que su erradicación sea posible en los cultivos al aire libre, no así en invernaderos. "En sólo dos meses, ya estaba extendida en toda Mallorca", apunta Rosselló. Su incidencia es tan brutal, que "muchos productores de tomate de la isla deberán plantearse cambiar de cultivo".

El piojo rojo de California (aonidiella aurantii) se detectó en 2007 en la isla y, un año después, empezó a "hacer mucho daño" en los naranjos mallorquines. Se trata de una "plaga clave" de los cítricos que, a pesar de que su control no es difícil a base de insecticidas, causa deformaciones en la fruta y limita su salida comercial, pues "ya no podrá venderse a un precio normal". En los cultivos de naranjos de sa Pobla, Marratxí y Sóller, la plaga ya está generalizada.

Otras enfermedades que están a punto de entrar en la isla, según Rosselló, son la keiferia lycopersicella, una oruga que ataca a los tomates que ya causa estragos en Italia, y la platynota stultana, un lepidóptero de pequeño tamaño que se ceba con los pimientos y que ya ha sido detectado en Andalucía, por lo que se espera su entrada en Mallorca este mismo año. "Son plagas que atacan directamente al fruto, su control es muy difícil y provoca un bajón en la productividad; aportan motivos para que mucha gente abandone los cultivos", explica el jefe de Sanidad Vegetal.

En cuanto a plantas ornamentales, una de las enfermedades nuevas que más asustan son la macrohomotoma gladiata, una especie de pulgón detectado el pasado verano que acaba con los ficus microcarpa y que pasó de no estar identificado a extenderse de forma muy rápida. También preocupan el coccus pseudomagnoliarum y el chrysomphalus aonidium, insectos que atacan a los cítricos de jardín.

La lucha contra estas plagas inéditas, que se suman a la larga lista de enfermedades clásicas de los cultivos mediterráneos como la mosca blanca, el pulgón o el trip, debe abordarse con técnicas de control integrado, que incluyen el uso de insecticidas químicos, trampas y la erradicación manual, entre otros sistemas. Según Rosselló, los grandes productores tecnificados son los únicos con garantías para combatir estas plagas con posibilidades de éxito.