El ayuntamiento de Sa Pobla estudiará la posibilidad de cerrar la planta potabilizadora de agua por su elevado coste económico y ambiental, según aseguró ayer a este diario el alcalde, Joan Comes (IxSP). La potabilizadora, gestionada por un consorcio integrado a partes iguales por el Ayuntamiento y la conselleria de Medio Ambiente, fue inaugurada a finales de 2006 por el anterior Govern del PP, que pretendía de esta forma solucionar el problema de falta de potabilidad del agua por un exceso de nitratos.

La conexión de Sa Pobla a la red hidráulica de Mallorca posibilitará en un futuro que el municipio reciba agua procedente de las desaladoras y de los principales acuíferos de la isla, por lo que el Ayuntamiento dispondrá de una alternativa seria para suministrar líquido de calidad a la población. Comes explica que "todas las opciones están sobre la mesa" y no descarta la paralización de la planta potabilizadora por la "barbarie" económica que supone su mantenimiento, lo que repercute en las tarifas. El alcalde apunta que la planta potabilizadora "se hizo en dos o tres meses por parte del PP, sin estudios técnicos y económicos ni valorar otras alternativas, pensando en las elecciones de 2007".

Posible contaminación

Comes añade que otro problema es que la depuradora "se ha quedado pequeña" y corre el peligro de no poder absorber el agua de desecho cargada de nitratos procedente de la potabilizadora, con el consecuente peligro ambiental que podría originarse, una hipótesis que, según un edil de su propio equipo de gobierno, ya está ocurriendo.

En este sentido, el regidor de Gestión Municipal y Sanidad, Miquel Capó (IxSP), aseguró ayer en el blog de internet de la ex regidora independiente Bel Comes que "la gran animalada es que lanzamos la salmuera (agua sobrante llena de nitratos) al alcantarillado y ésta va finalmente a la depuradora, que no depura este tratamiento, por lo que este agua muy salinizada va hacia el torrente de Sant Miquel y volvemos a contaminar los acuíferos". Capó añade que este hecho es "el gran desastre del PP", además de dejar una planta que "tiene un coste de 250.000 euros anuales sólo de mantenimiento, que acaba repercutiendo sobre la tarifa".

Al enterarse del comentario de su regidor, el alcalde Comes se apresuró a "desmentir" rotundamente la afirmación y a calificarla de "mentira". "Nosotros no tiramos nada al torrente de Sant Miquel; el sobrante de la potabilizadora es enviado a la depuradora, que recibe la misma cantidad de nitratos que antes de ponerse en marcha la planta potabilizadora", apuntó. El alcalde quiso dejar claro que la depuradora "no es una competencia municipal".

Por su parte, la directora gerente de la Agencia Balear de l´Aigua i la Qualitat Ambiental (Abaqua), Margalida Miquel, desmintió la posibilidad de que la potabilizadora pueda contaminar los acuíferos de Sa Pobla. "Si fuese así, estaríamos todos en la cárcel por un delito medioambiental", ironizó. Miquel explicó que la depuradora "trata el agua procedente de la potabilizadora como si fuesen aguas fecales y después, eso sí, las deposita en el torrente de Sant Miquel".