Sólo los que negociaron el convenio con Madrid saben lo difícil que resultó conseguir la financiación para los proyectos ferroviarios. El tren debía servir para corregir el déficit estructural de transporte público en Mallorca. El dinero se consiguió. Todo un hito que ahora los propios políticos se encargan de desmantelar al enfrascarse en discusiones y amenazas un tanto infantiles. Parecen empeñados en crear problemas tras cada solución. La discusión acerca de un trazado –que es una cuestión técnica– no debe privar a los alcudiencs de contar con el anhelado tren.