El desmantelamiento de los cines Alcázar y Patio Fantasio ha puesto de relieve la desaparición del patrimonio sentimental de los sollerics, que se resignan a perder dos de los cines más emblemáticos que tuvo el municipio en el siglo XX.

En los años dorados del cine, Sóller llegó a tener hasta cinco pantallas que ofrecían una programación regular para el entretenimiento de una población ajena a la televisión o a las modas actuales. La llegada del vídeo y el progresivo desinterés en seguir el argumento de unas películas llevó a los cines de Sóller a la perdición. Locales como el Alcázar, el Fantasio, el Defensora Sollerense, el teatro Victoria o el Patio Fantasio son hoy testimonios mudos de un pasado de películas del oeste y de cine español que no volverá a proyectarse en los cinematógrafos.

Sóller llora la desaparición de sus cines. Sólo el teatro Victoria, el Defensora Sollerense y el Fantasio se salvarán de la demolición, aunque este último, propiedad del ayuntamiento, podría ser vendido.

En cambio, el Alcázar, el teatro de mayor envergadura que jamás tuvo Sóller, tiene sus días contados. Con sus 1.100 localidades fue el último cine del municipio en cerrar sus puertas, en 1996, bajando el telón a una historia que arrancó en plena República. A principios de los años treinta Cinematografía Marqués, una empresa de Sóller, decidió construir un teatro que debía llamarse Kursaal. Sería el primero y único de Sóller que dispondría de pantalla panorámica para la proyección de película s en Cinemascope.

El 18 de abril de 1933 levantó el telón con la proyección de la película "El caballero de la noche" y sus funciones se prolongaron a lo largo de 63 años. Tras el cambio de régimen pasó a llamarse Alcázar.

Además de la proyección de películas, en su escenario se representaron obras de teatro, espectáculos musicales y se celebraron multitud de eventos desde la lectura del pregón de fiestas a la investidura de las Valentes Dones. En sus paredes todavía retruenan algunos de los debates y mítines políticos que se celebraron en su interior como el de "Túnel sí, túnel no" a mediados de los ochenta.

El Patio Fantasio, un cine al aire libre que cerró sus puertas a mediados de los sesenta, correrá la misma suerte que el Alcázar.

Los nuevos tiempos y las multisalas de Palma hacen inviable el regreso del cine a Sóller. No en vano algunos de los emblemáticos edificios permanecen todavía en pie. Es el caso del teatro parroquial Victoria, restaurado una década atrás para la celebración de actividades lúdicas, o el Defensora Sollerense, el más antiguo de Sóller, que el ayuntamiento restaurará.

La suerte de los cines de pueblo está lanzada y, como en el caso de Sóller, algunos de los más emblemáticos tienen sus días contados. Mientras tanto, muchos sollerics sueñan con el retorno del cine. Otros lloran su próxima demolición.