Gabriel Tauler (Felanitx, 1971) es desde ayer nuevo alcalde de su localidad. El peso político y personal de Catalina Soler parecen no afectarle demasiado, hasta el punto de considerar que tal vez ahora el municipio pueda pasar más desapercibido y su equipo de gobierno trabajar de forma más tranquila.

Miembros de las Nuevas Generaciones fundadas en Felanitx en 1995, Soler y Tauler entraron de la mano, como presidenta una y secretario el otro, escudando al que por aquel entonces fuera candidato a la alcaldía, Rafael Rodríguez. Cuatro años más tarde, Gabriel Tauler entraba en las listas como aspirante a regidor, pero un pacto de izquierdas le dejó relegado a la oposición, donde afirma que aprendió a vivir de forma muy directa la política. Desde 2003 ha venido formando parte del equipo del Partido Popular que gobierna con mayoría absoluta el municipio. El último año, como delegado de Urbanismo.

-¿Sus inquietudes políticas le vienen de familia?

-Absolutamente. Mi abuelo y mi tío, Andreu Riera, estuvieron en la fundación de Alianza Popular en el restaurante La Ponderosa, donde se gestó todo en Felanitx. Yo debía tener unos 4 ó 5 años, pero recuerdo que en mi casa las conversaciones políticas eran una constante.

-¿En qué cambia el Ayuntamiento sin el peso específico de Catalina Soler?

-El proyecto será el mismo, aunque la línea personal pueda variar. Está claro que todo o buena parte de lo que sé de política lo he aprendido de Catalina, pero yo no tengo el mismo carácter. Ella es una máquina de la política, que piensa en ello 24 horas al día y en cada decisión daba el 110% de lo que tenía dentro. Yo, en cambio, quiero priorizar el trabajo en equipo para suplir la pérdida, y así se lo pediré a los regidores.

-¿Trabajará usted más tranquilo sin la presión mediática que Soler arrastraba por sus deberes con la Justicia?

-Podremos trabajar más tranquilos, sin estar tan en boca de todos. Aunque son circunstancias de la vida.

-¿Si esas circunstancias hubieran sido otras y usted hubiera sabido hace un año que Soler dimitía, estaríamos hablando con el alcalde de Felanitx o ni se hubiera presentado en sus listas?

-No lo sé. Probablemente también sería delegado; es difícil saberlo. De todas formas, estoy muy orgulloso y muy ilusionado con el nuevo reto, después de un año convulso. Ahora hay que planificar lo que queda de legislatura. La semana que viene ya he convocado una reunión conjunta de todas las áreas de gobierno.

-Porque Gabriel Tauler va a gobernar los tres años que restan...

-¡Eso espero! (risas), aunque he aprendido que en este mundo todo puede cambiar en tres o cuatro meses. Pese a todo, tengo claro que se lo debo al partido y al proyecto que represento. Después no lo sé.

-¿La oposición se ha quitado un peso de encima o ha perdido un referente a quien criticar con su llegada?

-En principio, a la oposición no se la va a tratar ni mejor ni peor, sino diferente, porque soy de otra forma... la relación con los demás partidos cambiará en muchos aspectos.

-¿Felanitx sufre una crisis económica e industrial o una crisis de ideas?

-En el panorama económico nos espera una temporada muy crítica; veremos como va la temporada turística. Por otro lado, hasta ahora nos nutríamos de los ingresos generados por las licencias de obras, y eso también ha bajado en hasta un 50%, prácticamente. Pero el tejido asociativo e industrial de la ciudad está avanzando; quizás no tengamos un referente como puedan ser los muebles en Manacor o la piel en Inca. Debemos seguir una línea distinta.

-Un par de deseos...

-Acabar todos los proyectos iniciados esta legislatura y lograr un gran cambio de imagen para Felanitx a dos o tres años vista.