Los trece municipios de la Mancomunitat comparten una característica muy importante: no tienen costa. Sus ayuntamientos no disponen de los ingresos propios de los municipios turísticos, pero están obligados a ofrecer los mismos servicios a sus ciudadanos, que crecen día a día. "No tenemos ningún apoyo económico y no podemos hacer obras si no son subvencionadas", lamenta Joana Maria Pascual.