La corrupción cuando se instala en una Administración muda automáticamente lo que debería ser una gestión para los ciudadanos en una pornográfica patrimonialización de los recursos públicos.

Cuando la Justicia interviene, normalmente con muchos años de tardanza y otra no menos larga demora procesal, afloran a la luz excusas de los imputados tan peregrinas como las del pony del ex alcalde de Andratx. El caso Rabasco también nos ofrece perlas como la de atribuir unos gastos dudosos a la compra de casi una tonelada de caramelos de los "de siempre" y otra tonelada de los blanditos "sugus". Son muchísimos caramelos para los niños de s´Arenal, pero algo hay que decir.