La bodegas de Balears producen cada año un excedente medio de un millón de litros de vino. La situación preocupante comenzó a partir del año 2004, en que por primera vez se produjo un sobrante de vino de 1.262.800 litros.

La mayoría de bodegueros han optado por ampliar las instalaciones y almacenar esos excedentes "a la espera de tiempos mejores", dice Ramón Servalls, gerente de las bodegas Macià Batle de Santa Maria.

El presidente de la Denominación de Origen Binissalem, Pere Calafat, reconoce que "los números son ciertos y cada año hay un excedente de vino que empieza a ser preocupante". Este vitivinicultor sostiene por otra parte que "los excedentes se están encauzando en otras direcciones; no quiero decir a la producción de vinagre, pero sí a la venta de graneles", informa.

Aunque exista una posibilidad de venta de los excedentes como vino a granel el problema no se resuelve. "La venta a granel o a los hoteles para hacer sangría, como hemos sabido que hacen algunos, sólo sirve para recuperar algo de lo invertido porque el enfoque de producción en Balears es de vinos de alta gama, con costes elevados", puntualiza Servalls. Un litro de vino a granel para elaborar sangría ronda los 0,35 céntimos (al por mayor). Eso supondría una pérdida superior al 50 por ciento, pues el kilo de uva se paga a una media de 70 céntimos y se precisa un mínimo de un kilo y medio para elaborar un litro de vino, según la fuente anterior.

Crecimiento

El origen de este problema cabe buscarlo en un crecimiento acelerado de la producción frente a un crecimiento más lento del consumo. Sebastià Roses, ex presidente de la DO Binissalem Mallorca, hablaba ya hace diez años de que se estaba plantando viña a un ritmo superior al que las bodegas podían asumir. Sus proféticas advertencias han llegado a cumplirse, pero no en el sentido de que las bodegas no hayan podido absorber la uva, sino que es el mercado el que no absorbe todo el vino que se ofrece.

En este aspecto la consellera de Agricultura, Mercé Amer es clara pues asegura que "se consume más vino autóctono ahora que hace unos años. Es innegable que el grado de conocimiento y aceptación por parte del consumidor ha crecido, pero no al mismo nivel que la oferta".

Ese crecimiento es consecuencia de la plantación de nuevos viñedos, a pesar de que es un sector muy controlado. Para plantar viñas se necesitan permisos. No obstante, se ha plantado mucha viña en Balears con un proceso llamado transferencia de derechos. Se compraban derechos de plantación a otras comunidades y se trasladaban aquí. Calafat explica que "aparte de que se haya crecido en hectáreas cabe destacar que las viñas jóvenes son muy productivas".

La Administración

Mercè Amer es consciente de la situación, según ha manifestado. Sostiene que "el sector es competitivo; cuenta con gente joven que trabaja mucho. El sector primario es estratégico para le gestión del territorio y en ello el sector vitivinícola tiene mucho que decir".

Antoni Bennàssar, presidente de la DO Pla y Llevant, apunta a que "aunque pueda haber alarmas encendidas, la única solución es seguir produciendo vinos de alta gama. Si bajamos la calidad o el precio nos encontraremos en una guerra que no podemos ganar. No podemos elaborar vino de consumo barato porque nos ahogarían otras regiones que producen mucho más que nosotros.

Existe un acuerdo unánime entre todos los implicados que "la única solución posible es la promoción interior. Insistir en la promoción en Balears para que aumente el consumo", dice Ramon Servals. La consellera de Agricultura comparte la opinión. Igualmente la consellera de Comercio, Francesca Vives, con competencias en la comercialización, precisa que "se debe seguir trabajando en promocionar el vino balear en las ferias y en los eventos locales donde exista un escaparate de productos".

Calafat explica:"Los productores de Balears tenemos una cuota de mercado muy pequeña en nuestra comunidad. Rioja vende muchísimo más en nuestra propia casa. Hemos de incidir en ganar ese terreno que nos han comido".