El PP y Can Picafort Unit (CPU) han cerrado verbalmente el acuerdo para reeditar el pacto de gobierno vigente desde finales de 1997. Así las cosas, el sábado por la mañana Martí Àngel Torres (PP) será investido alcalde con los votos de sus cinco concejales más los cuatro de CPU, en un consistorio que se verá aumentado en cuatro ediles.

Las presiones de los ´pesos pesados´ de CPU han hecho desistir al número 1, Bernat Amengual, de exigir dos años de alcaldía, como ha venido planteando hasta ahora sin dilaciones. Esta condición era vista con muy buenos ojos por las bases del partido y la mayoría de concejales electos. Sin embargo, el hipotético rechazo que ello pudiera haber suscitado en el núcleo de Santa Margalida -el municipio siempre ha tenido un alcalde margalidà- al final ha pesado más.

Por el contrario, ambos partidos sí que podrían compartir la alcaldía pedánea en Son Serra; es una cuestión pendiente de cerrar hoy o mañana, pero que no reviste calado. En cambio, y para contrarrestar la renuncia a compartir la alcaldía, CPU ha exigido mantener sus actuales concejalías, reclamando asimismo una mayor autonomía de gestión sobre el área municipal de Urbanismo. Así, tal y como informan próximas fuentes a CPU, se quiere trasladar al personal municipal y los archivos a dependencias municipales en Can Picafort, una decisión que provoca recelos entre los ´populares´, de ahí que no esté zanjada definitivamente.

En la legislatura recién terminada ha estado al frente de esta regiduría Miguel Ordinas, cuya gestión ha estado rodeada de permanente escándalo y ha provocado varias intervenciones de la Fiscalía Anticorrupción.

Ordinas, probable asesor

Ordinas podría seguir ahora en el consistorio ya que los de CPU dentro de las negociaciones reclaman varias asesorías, entre ellas se habla de un cargo de confianza en Urbanismo para él.

En otro orden, ayer Joan Monjo (UM) expresó su extrañeza de que desde las elecciones el PP "ni siquiera haya contactado" con su partido ni con los Independents, "cuando Torres hizo gala durante la campaña de que impulsaría un cambio de formas y rebajaría la crispación". Esto demuestra, según Monjo, que "el pacto PP-CPU ya estaba hecho de hace tiempo porque el jefe supremo de ambos partidos es el mismo, y por eso organiza una caragolada el sábado".