El teniente-fiscal de Baleares, Ladislao Roig, ha dado carpetazo a las diligencias incoadas en febrero para determinar si en el verano de 2005 el ex alcalde de Santa Margalida, Antoni del Olmo (PP), se lucró ilícitamente junto a su esposa Martina Alós con dinero procedente de la concesión de playas de Can Picafort, en el mismo municipio donde gobernaba. Del Olmo dimitió por sorpresa unos días antes de iniciarse esta investigación.
Debido a la carga de trabajo que soporta la Fiscalía Anticorrupción, su responsable Juan Carrau delegó en Roig esta investigación, que en un decreto fechado el pasado día 6 acuerda el archivo "al no derivarse de lo actuado indicios delictivos que justifiquen la presentación de denuncia o querella criminal" contra el ex político del PP y su mujer. El teniente-fiscal únicamente halla responsabilidades del fisco en uno de los imputados, el ex concesionario de la playa de Can Picafort, Bernat Riutort, y las deriva a la Agencia Tributaria.
Durante la temporada de 2005 Riutort obtuvo entre otras la autorización para explotar el lote número 1 de la playa picafortera -aproximadamente desde les Casetes dels Capellans hasta el hotel Santa Fé-. Sin embargo, el cobrador de este tramo de arenal declaró a este diario, y posteriormente ante el propio fiscal Roig, que en lugar de dar la recaudación del alquiler de hamacas y sombrillas a su jefe, recibió órdenes de entregarla "diariamente" a la mujer del alcalde, y así lo hizo -asegura-, incluso a veces al mismo Del Olmo, y siempre en la sede social de una empresa del matrimonio en Platja de Muro dedicada al negocio playero.
También constan en un libro contable de dicha entidad los asientos con las cajas de cada día de la playa que teóricamente explotó Riutort, en muchas ocasiones escritos de puño y letra por la esposa y hasta por el propio Del Olmo.
Según estas anotaciones, el matrimonio habría recibido 144.276,50 euros. Con todo, el Ministerio Público elude pronunciarse sobre este hecho y concluye "la inexistencia de pruebas de entidad" que demuestren que una parte de la playa de Can Picafort fue explotada de manera irregular por testaferros, siendo el beneficiado el ex alcalde de la localidad. En su tesis, el teniente-fiscal da por "acreditado" que el ex concesionario subarrendó el polémico tramo de playa a Gabriel Moranta, antiguo socio de Alós y Del Olmo, aunque éste lo ha negado en rotundo, autoseñalándose además como testaferro del ex alcalde para beneficiarle en el negocio. Sea como sea, la declaración de Riutort de que cobró 145.000 euros en efectivo de Moranta en concepto de dicho alquiler "debe ser aceptada -dice la Fiscalía- no sólo porque sería absurdo afirmar haber cobrado si realmente no se hubiera hecho", sino porque la investigación verifica que los pagarés comprometidos por dicha cuantía no fueron abonados. Todo ello según el fiscal "confirma la tesis de Riutort de haber cobrado el importe de los mismos en efectivo", versión que niega Moranta. Eso sí, al haber admitido Riutort ante el fiscal que no declaró a Hacienda tales beneficios, "sino sólo 6.000 euros", podría ser sancionado ahora por la Agencia Tributaria, a la que se ha derivado ahora el caso.
Por otra parte, el teniente-fiscal argüye que de las declaraciones testificales no se deriva "indicio alguno" de que personas ajenas a la concesión playera cobraran dinero de la misma sin estar legitimados para ello. Por contra, su decreto de archivo no hace la más mínima referencia al testimonio del ´hamaquero´ que aseguró que entregaba en mano cada día al terminar la jornada la recaudación de la playa a la esposa de Del Olmo en su empresa.
Por último, "el rastreo efectuado en más de una docena de cuentas corrientes pertenecientes a seis sucursales bancarias distintas", cuyos titulares eran la mujer de Del Olmo o la sociedad de ambos, "no ha demostrado ni aun indiciariamente la existencia de ingresos que puedan corresponderse con recaudaciones ilegalmente efectuadas o que pudiesen pertenecer a los beneficios obtenidos por el lote 1 de las playas de Can Picafort", reza el documento del Ministerio Público.
