Paula Coll Xamena, de ca na Manxes, y su hijo, Javier Rodríguez Coll, cumplieron ayer su gran sueño: ver su pueblo, Alaró. Para ella suponía volver al lugar donde nació hace 84 años y que abandonó hace 76, con 8 años de edad, para viajar con toda su familia a Buenos Aires. Para él era conocer por primera vez aquel sitio cuyo nombre tanto había sonado en casa desde la niñez. Ambos abrieron los ojos como platos cuando divisaron a lo lejos el pueblo, y entre lágrimas Javier dijo: "mirá, es como en la foto que tenemos colgada en casa, pero con autopistas delante".

Paula y Javier llegaron a la isla gracias al programa Operació cinquena illa del Govern y tuvieron la fortuna de contactar en Palma con Stella, una argentina residente en Alaró que se comprometió a hacer posible su primer sueño. Otro deseo de Paula era volver a conversar en mallorquín, puesto que desde que falleció su madre hace 26 años no había podido practicar su marcado acento alaroner, incluso pronunciando la típica è de la zona.

Nada más pisar "su patria", Paula y Javier fueron tratados como invitados de honor tanto por las autoridades locales como por numerosos vecinos. En la sala de plenos del ayuntamiento, el alcalde Miquel Deyà les obsequió con un cuadro del pueblo, una copia de la partida de nacimiento y un ramo de flores. Después pasearon por la villa y visitaron la calle y la casa donde nació Paula, la antigua calle Nueva, hoy denominada del Hermano Julio de la Salle. Allí, en el número 3, los actuales propietarios la invitaron a entrar y le ofrecieron un plato de caracoles al estilo mallorquín, que ella aseguró que hacía muchos años que no probaba. Posteriormente la comitiva recorrió su barrio del Porrassar, donde Paula fue saludada por muchas vecinas, algunas de ellas incluso se acordaban haber jugado con ella de niñas. "No me esperaba un recibimiento así, estoy muy emocionada", dijo esta alaronera en un perfecto catalán de Mallorca antes de despedirse.