Los afectados por el inminente proyecto de mejora de la carretera Sineu-Sant Joan se mostraron ayer escépticos con la propuesta del Ayuntamiento, que como única salida pedirá al Consell que negocie al máximo con los expropiados durante el acta de replanteo, a fin que la afectación en sus fincas sea la menor.

Estos propietarios reclaman que se mantenga el actual trazado, algo que el Consell considera técnicamente inviable debido a las numerosas curvas.

Un grupo de afectados asistió ayer al pleno para expresar su preocupación por las consecuencias que tendrá sobre sus propiedades la nueva vía. Magdalena Munar cree que el replanteo no modificará substancialmente el impacto sobre las parcelas expropiadas. Otros exvecinos denunciaron que aún no han podido consultar el proyecto en el Ayuntamiento ni se les ha comunicado el plazo de alegaciones.

Los asistentes aseguraron "no confiar" en el alcalde, Pep Oliver (PP), porque a su juicio éste ha ido a remolque de la acción vecinal y sólo se ha movilizado tras hacerlo los afectados. Andreu Matas (Sineuers Independents), en la oposición, echó en cara "el cambio de opinión" del equipo de gobierno, "que en 2002 solicitó un pleno sólo para tratar el impacto que tendría el proyecto, y ahora ni han presentado alegaciones". Oliver (PP) aseguró que ha dado "la cara por los vecinos" y se comprometió a intermediar durante el replanteo en defensa de los intereses de los sineuers.