Las tradicionales fiestas en honor a Sant Jaume fueron en la edición de 2004 especialmente emotivas. Ayer sobre las nueve de la mañana tuvo lugar la Alborada, seguida más tarde por la misa, en la que predicó el diácono Josep Ramon Ortega y cantó el Orfeó Castellitx. La colecta, como informaron los sacerdotes, irá destinada a pagar las obras de la iglesia. La mejora del tejado nuevo ya está completada y en estos momentos se deben unos 168.000 euros.

Los cossiers, esencia de las celebraciones, protagonizaron el baile de la Oferta en el interior de la iglesia, así como la actuación posterior en la placeta. La emocionantísima danza ancestral Titoieta finalizó como manda la historia, es decir, con la victoria del Bien y sus virtudes (representado por los coloristas cossiers) sobre el Mal (la figura del dimoni).

Paralelamente, en 2004 se conmemora el Any Pere Capellà, y una exposición montada en la Casa de la Vila, sobre la vida y la obra de este profesor y dramaturgo de reconocida trayectoria, ha contribuido a configurar un marco de Sant Jaume más sentimental y popular. De nuevo, la alta participación ha sido predominante. En este sentido se espera que hoy también se registre notable asistencia en los actos programados para festejar Santa Anneta.

Los cossiers que actuaron ayer fueron Jordi Joan, Tomeu Sales, Joan Antoni Oliver, Xesc Barceló, Toni Barceló y Pep Pou. La dama, Mireia Mulet, y el dimoni, Miquel Ballester. Las autoridades locales, encabezadas por el alcalde Jaume Jaume, estuvieron acompañadas por el delegado del Gobierno, Ramon Socías; la consellera de Presidencia del Govern, Rosa Puig, y el diputado Francesc Antich, entre otros políticos. La jornada dominical concluyó con entretenimientos infantiles, deporte, música y teatro.