Todas las instancias judiciales de España están dirimiendo recursos de ses Covetes. La enrevesada situación judicial de esta inacabada urbanización es tan complicada que incluso los propios abogados se confunden y lo peor de todo es que no se vislumbra ningún tipo de solución para los mamotretos de hormigón sin terminar que ensucian la imagen de es Trenc. La única solución posible que se me antoja en estos momentos es que caiga de forma natural y vuelvan a resurgir las sabinas que adornaban aquel paraje en 1993, pocos meses antes de aparecer las excavadoras. El Ayuntamiento de Campos, desde los inicios del conflicto, ha jugado al gato y al ratón y los resultados demuestran que la estrategia ha sido del todo equivocada y ha propiciado que todo el proceso se demore. Todas las resoluciones judiciales del TSJB dictadas hasta el momento han sido contrarias al Ayuntamiento, pero el consistorio, al tiempo que acataba las sentencias, no tenían ningún reparo en recurrirlas en el Supremo. Esta situación ha convertido ses Covetes en un galimatías.