Conflicto vecinal
El diácono de Son Sardina cesado acusa al Obispado de Mallorca de «abuso de autoridad»
Xisco Nadal lamenta que Taltavull se haya posicionado con los vecinos en la polémica por el uso de la plaza y amenaza con acciones legales

El diácono de Son Sardina cesado, Xisco Nadal, en una imagen de archivo. / DM
Xisco Nadal, el diácono de Son Sardina cesado por el obispo de Mallorca, se siente víctima de un «abuso de autoridad» tras su abrupto relevo al frente de la parroquia de este núcleo urbano de Palma. En una carta remitida a este diario, el diácono asegura que está estudiando emprender acciones legales contra el Obispado después de haber sido apartado por el conflicto que generó la cesión de la plaza de la iglesia a los vecinos para celebrar las fiestas del barrio: «Estoy pensando en llevarlo a los tribunales».
Nadal, que llevaba siete años al frente de la parroquia de Son Sardina, se siente totalmente desautorizado después de que el obispo de Mallorca, Sebastià Taltavull, interviniera en el conflicto, se posicionara a favor de los vecinos y les cediera la plaza en contra de su decisión: «Es una propiedad privada, y pedí que no se invadiera porque hay muchas dificultades para celebrar actos religiosos con ruidos, montajes, sillas y mesas por todo».
También acusa de «abuso de autoridad» al Ayuntamiento de Palma y señala directamente a los concejales Llorenç Bauzà y Lourdes Roca: «Me obligaron a permitir las fiestas porque ellos no han hecho sus deberes y no han hecho ni plaza pública ni casal en Son Sardina». En definitiva, el diácono reprocha que ni el Consistorio ni la diócesis hayan protegido el derecho de la Iglesia a decidir sobre sus propiedades.
El ya exresponsable de la parroquia de Son Sardina asegura, además, que no acudió a la misa de presentación del nuevo rector, el sacerdote Antoni Cañellas, celebrada el pasado 21 de septiembre, porque se le «insinuó que no asistiera». «Nuestra despedida fue el sábado anterior, con los padres Juls y Josep Amengual. Fue muy emotiva, hubo más gente que en la presentación del nuevo rector, por algo será», añade.
Ahora el diácono no tiene destino ni «ninguna responsabilidad diocesana en otra parroquia de Palma», explican a este diario desde la diócesis. Por su parte, Nadal asegura que ha decidido tomarse «un descanso» después de lo sucedido. Expresa su malestar por el desencuentro e insinúa que esperaba más apoyo por parte del Obispado, que también ha cesado a los dos sacerdotes de la Congregación de los Sagrados Corazones que le ayudaban en sus funciones pastorales.
Argumenta que él, como responsable administrador de la propiedad, tenía el derecho y la capacidad de decidir sobre el uso de la plaza, y lamenta que Taltavull le impusiera su criterio sin tenerle en cuenta. Insiste en que hay que respetar el carácter religioso de la plaza y que el Ayuntamiento de Palma debe dotar al barrio de un espacio público para que los vecinos celebren sus fiestas. De hecho, llegó a solicitar a la concejalía de Interior de Cort que garantizara que no se instalaran estructuras sobre la plaza durante las misas, pero no recibió respuesta.
Cabe recordar que, aunque se ha cesado a Nadal de todas sus responsabilidades, no se le ha suspendido formalmente y continúa siendo diácono de la diócesis de Mallorca. En la práctica, ha sido apartado de cualquier función pastoral y responsabilidad, si bien él subraya que no se debe a «ningún delito ni falta» que haya cometido, sino a una decisión del Obispado que considera equivocada, injusta e incluso susceptible de ser impugnada en los tribunales.
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