Vox también exigió el despido del jefe de personal y de la abogada de Emaya por el acceso a los chats del sindicato

La directiva que ha sido despedida ha demandado a la empresa y afirma que lleva meses sufriendo una persecución personal

Lorenzo Morey, gerente de Emaya

Lorenzo Morey, gerente de Emaya / agencias. palma

 Al grupo político de Vox en el Ayuntamiento de Palma no le basta que Emaya haya despedido únicamente a la directora corporativa, tras tramitarse un expediente disciplinario en su contra. Quiere más. El partido de ultraderecha desea añadir a su lista de directivos despedidos al jefe de personal y a la asesora jurídica de la empresa. No es suficiente que ambos altos cargos hayan sido sancionados con quince días de empleo y sueldo porque también participaron en el proceso del volcado de los chats del sindicato USTE. Vox quiere verlos a ambos en la calle y sin indemnización por despido.

Los representantes de Vox en el consejo de administración que Emaya que celebró el pasado martes siguieron la estrategia previamente marcada por los dirigentes del sindicato USTE. Son dos sindicalistas que la pasada legislatura fueron despedidos de la empresa por diversos episodios de acoso a otros trabajadores, unido a unas campañas públicas de desprestigio contra ellos. Algunos de estos trabajadores sufrieron graves cuadros de depresión como consecuencia de esta situación laboral. Estos episodios están pendientes de ser juzgados y los dos sindicalistas se enfrentan a penas de prisión, solicitadas por la propia empresa.

El despido de estos dos sindicalistas ha sido declarado nulo y si bien de momento no se les ha readmitido, ambos trabajadores llevan meses maniobrando para que se castigue a la ejecutiva de la empresa que se encargó de la tramitación de esta medida disciplinaria, que no aprobó ella, sino el consejo de administración. Esta estrategia lo demuestra que han sido varias las intervenciones de los concejales de Vox en el Pleno municipal, en las que han exigido, además de la readmisión de los dos sindicalista de su partido, el despido de la directora corporativa. Aunque inicialmente la dirección de Emaya se había negado a este despido, al final lo ha aprobado, bajo la excusa de que la directiva habría ordenado la descarga de un chat interno del sindicato USTE, que denunció los hechos ante Inspección de Trabajo, que ha considerado que se trató de un volcado irregular. El gerente de la empresa, Lorenzo Morell, ha sostenido que él no tenía conocimiento de dicho volcado, pero hay muchos trabajadores que dicen lo contrario, es decir, que fue informado de ello y no planteó el más mínimo reparo, entre otras cosas porque sabía que varios empleados habían acudido a la dirección de la empresa para denunciar el acoso que estaban sufriendo por parte de los sindicalistas próximos a Vox.

Son numerosos los testimonios que acreditan que el partido de ultraderecha ha lanzado en numerosas ocasiones el mensaje al equipo de Gobierno del Ayuntamiento de Palma de que si no se despedía a esta directora no se daría apoyo a la aprobación del presupuesto municipal. Al final Vox ha conseguido su objetivo que venían persiguiendo desde hacía meses los líderes de su sindicato, junto a otros trabajadores que vieron como la empresa, en la anterior legislatura, dejaba de pagar los pluses económicos ilegales que llevaban cobrando desde hacía años por su influencia política.

Este conflicto interno se ha resuelto únicamente con el despido de la directora del área corporativa, que fue quien tuteló todo el proceso para terminar con estos pluses económicos ilegales, a cargo de las cuentas públicas, que le ha supuesto mantener enfrentamientos personales con muchos de estos trabajadores afectados por esta reducción del sueldo.

Esta ejecutiva, que desde que el PP se hizo cargo de la dirección de Emaya, no se ha sentido protegida ni por el presidente, ni por el gerente, ya ha decidido demandar a la empresa para que su despido se declare nulo. Esta directiva entró en Emaya por oposición, con categoría de técnica. Su actual dedicación era un cargo de confianza y la dirección del PP tenía la oportunidad de cesarla en su cargo de directora y situarla de nuevo a su antiguo destino. Sin embargo, ha optado por la decisión más drástica, que ha sido su despido.

En la demanda inicial que ha presentado esta directiva contra la dirección de Emaya deja muy claro que su despido está directamente relacionado con el conflicto que ha mantenido con los sindicalistas de USTE y por el conflicto que provocó la reducción de sueldos a determinados enchufados de la empresa.

Sobre el fondo del tema, es decir, sobre el volcado del chat del sindicato de ultraderecha, la directiva asegura que el gerente está mintiendo cuando asegura públicamente que no sabía nada de este asunto, cuando era un hecho más que conocido, no solo porque lo habían denunciado hace meses los representantes de USTE, sino porque también se había publicado en la prensa.

La directiva despedida, que llevaba meses siendo presionada por otros ejecutivos para que renunciara a su cargo y regresara a su antiguo puesto laboral, escribió hace unos meses una carta personal dirigida al presidente de Emaya, Llorenç Bauzá y al gerente, Llorenç Morey, denunciando el acoso que venía sufriendo como consecuencia de las medidas que adoptó en defensa de los intereses de la empresa. Pidió que la dirección saliera en su defensa, pero no recibió ninguna respuesta.

En cambio, la directiva despedida sí ha contado con el apoyo de los partidos de la oposición en Cort, que se han mostrado en contra de esta medida disciplinaria. Esta decisión, planteada el martes en el consejo de administración, provocó momentos muy tensos durante la reunión. El portavoz socialista denunció las graves irregularidades que se habían producido durante la tramitación de este expediente disciplinario y relacionó esta decisión con las presiones que desde hace meses estarían transmitiendo los concejales de Vox.

El comité de empresa también ha salido en defensa de esta directiva y ha cuestionado la legalidad del proceso que ha justificado este despido.

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