Sant Jordi cumple un cuarto de siglo homenajeando al caracol: "Es un sentimiento popular"
Josep Maria y Bernat Lendínez, padre e hijo, representan un cambio generacional al frente de esta feria que va más allá de lo gastronómico

Josep Maria y Bernat Lendínez, el miércoles en Sant Jordi. / Manu Mielniezuk

Es miércoles por la tarde y llueve en Sant Jordi, un feliz presagio porque este domingo los caracoles van a ser los protagonistas indiscutibles. La Fira del Caragol cumple 25 años, una efeméride para hacer balance del pasado, presente y futuro de una de las ferias gastronómicas más antiguas de Mallorca.
Josep Maria Lendínez se remonta a un 4 de abril de 2001, cuando en compañía de unos cuantos amigos se le ocurrió montar una feria dedicada al caracol. Un cuarto de siglo después está preparado para pasarle el relevo a otro Lendínez, Bernat. Padre e hijo comparten las mismas dosis de ilusión por el arraigo de una feria multitudinaria -que no masificada- y también de crítica hacia las administraciones por su indolencia a la hora de conceder las subvenciones imprescindibles para que esta cita sea una realidad cada tercer domingo de mayo.
"Podríamos haber pensado en organizar una feria de gambas, pero en el Pla de Sant Jordi tenemos una tradición de caracoles que va más allá de lo culinario porque forma parte de nuestro circuito social y familiar", explica Ledínez padre. "Fue una locura porque el caracol es un elemento complicado, y nosotros damos calidad. Está vivo, no congelado, y lo suministran granjas a las que les cuesta un esfuerzo criarlo y engordarlo", destaca.

Josep Maria y Bernat Lendínez posan el miércoles en la plaza de Sant Jordi, epicentro de la Fira del Caragol de este domingo. / Manu Mielniezuk
El cofundador de la Fira del Caragol habla de "obstáculos" y de "persistencia" para que la feria continúe en el calendario año tras año. Es a la vez una crítica a las instituciones y un mensaje a su hijo Bernat. "Yo lo afronto con toda la ilusión del mundo y sabiendo lo difícil que es porque estos 25 años he vivido en casa todo lo que hay detrás. Esto no es solo un fin de semana, hay mucho trabajo detrás. Somos un grupo de amigos que nos hemos puesto al frente de la Associació Fira del Caragol y desde el año pasado además hemos empezado a cocinarlos también nosotros para ofrecérselos al pueblo", manifiesta.
Josep Maria recuerda que en 2024 la feria estuvo cerca de no celebrarse por falta de ayudas económicas, y también por falta de implicación de los vecinos para ayudar a montar y desmontar. "En realidad cada año lanzamos un SOS, aunque aquello fue casi un ultimátum. Lo que no queremos es que esto sea una batalla cada año porque esto supone un gran esfuerzo y todos tenemos familia y obligaciones. Pero seguimos porque es un sentimiento popular", subraya.
Reclaman una "estabilidad presupuestaria" para continuar con un evento que va más allá de lo gastronómico y que trata de innovar. Por ejemplo, esta será la primera edición en la que se hará un mercado de venta directa de producto local (quesos, embutidos, vinos, etc), incluyendo productores de Menorca. Además de los habituales productos de artesanía.
Esquivan la masificación
El Lendínez veterano señala que durante los primeros años la Fira del Caragol, además de culinaria, tenía una intención pedagógica, ya que organizaban conferencias sobre helicicultura (cría, engorde y comercialización de los caracoles). Y celebra que, en una Mallorca en la que todo crece o se masifica, esta cita gastronómica decidió decrecer: "En 2016 redujimos el número de feriantes para no perder el control y limitamos la feria a plazas céntricas, calles adyacentes y productos artesanos".
"Seguiremos en la misma línea", tercia Bernat. "Queremos seguir apostando por el producto local y el pequeño artesano que va a las ferias de Mallorca. Aquí tendrán su espacio y eso no va a cambiar", añade.
Padre e hijo animan a visitar Sant Jordi mañana para degustar todo tipo de platos preparados con caracoles. "Que vengan porque es una feria singular, no hay ninguna igual en Mallorca porque apostamos por un producto muy de nuestras islas", coinciden. "Y porque tenemos un aparcamiento muy grande en la entrada del pueblo para dejar el coche", subrayan.
¿La Fira del Cargol en Palmanyola?
Josep Maria y Bernat Lendínez recuerdan que en 2024, cuando la celebración de la Fira del Caragol estaba en duda, una persona de Palmanyola se ofreció a "comprarla" para llevársela allí. "Nos contactaron porque querían trasladarla allí. Vio que la feria estaba en peligro y se la quisieron llevar, pero no lo aceptamos porque es algo de Sant Jordi. Eso me acabó de decidir a dar un paso adelante en la organización porque pensé que no la podíamos perder", manifiesta Bernat.
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