Cort autoriza a un edificio racionalista del Passeig Mallorca de Palma a crecer en cuatro plantas

La reforma de este inmueble singular que se vendió por más de cinco millones de euros dará lugar a dieciséis viviendas y 20 plazas de aparcamiento

ARCA lamenta que el remonte proyectado lo convertirá en "un edificio desproporcionado y sin armonía"

Su bajo acogió durante casi 50 años el mítico café Niágara

El inmueble de estilo racionalista en la esquina de Rubén Darío con el Passeig Mallorca.

El inmueble de estilo racionalista en la esquina de Rubén Darío con el Passeig Mallorca. / Manu Mielniezuk

Jaume Bauzà

Jaume Bauzà

Palma

El edificio de estilo racionalista ubicado en la esquina del Passeig Mallorca con la calle Rubén Darío crecerá en cuatro plantas y acogerá dieciséis viviendas. La Comisión de Centro Histórico de Palma ha dado el visto bueno a la reforma de este inmueble construido en 1945 y que forma parte de la memoria sentimental de la ciudad porque su bajo acogió el mítico café Niágara durante casi 50 años.

La propiedad -el inmueble se puso a la venta en verano de 2023 por 5,5 millones de euros- ha logrado a la tercera el visto bueno de la Comisión, pese a la oposición de ARCA. "El remonte de cuatro plantas tendrá lugar especialmente en la fachada del Passeig Mallorca, por lo que pasará de ser un edificio homogéneo a uno desproporcionado y sin armonía", critica la entidad conservacionista. "Nosotros habíamos pedido su catalogación. Debería haberse conservado como era, un importante exponente del racionalismo en la ciudad", añade.

La rehabilitación dará lugar además a 20 plazas de aparcamiento. "Ha habido debate. Los arquitectos municipales han pedido modificaciones en el proyecto presentado que la promotora ha atendido y por tanto finalmente ha sido aprobado", ha manifestado este martes el regidor de Urbanismo y Vivienda, Óscar Fidalgo.

En el Plan General aprobado en abril de 2023 el edificio construido por el arquitecto mallorquín Francisco Casas está catalogado con una protección ambiental que obliga a la propiedad a preservar la fachada y los elementos arquitectónicos externos que lo caracterizan. Sin embargo, se trata de una protección menor que admite una mayor edificabilidad. No en la fachada que da a la calle Rubén Darío, donde no existe la posibilidad de crecimiento, pero sí en la que da al Passeig Mallorca, donde el remonte previsto de cuatro plantas lo igualará al resto de edificios de esta vía.

"Es una incongruencia y difícilmente logrará preservar la estética racionalista que ha tenido hasta ahora», considera ARCA. 

Precisamente la posibilidad de crecer fue uno de los grandes atractivos esgrimidos por la agencia que comercializó el inmueble. "Se puede estudiar ampliación de superficie construida existente según planeamiento urbanístico vigente, pudiendo ofrecer unas vistas panorámicas a toda la ciudad y hacia la bahía desde las plantas superiores», esgrimió en su día IB Invest.

Memoria sentimental de la ciudad

El bajo de este singular inmueble acogió durante casi cincuenta años el mítico café NiágaraLos hermanos Enriqueta e Isaías Antonio Mozo Saíto bajaron la barrera en 2004 por jubilación, pero el local forma parte de la memoria colectiva de la ciudad.  El bar fue famoso por sus tertulias y también por sus bocadillos. Especialmente el Ejecutivo (tortilla francesa con beicon), el Orgullo menorquín, con queso de Maó, y el Volátil, de fiambre de gallina casera, entre otros muchos ágapes que se podían degustar.

Fue un café familiar que basó su éxito en la sencillez y en crear una atmósfera agradable para periodistas, médicos, abogados, los universitarios del cercano edificio de sa Riera o cualquiera que pasara por allí.

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