Éxito de público en la Fira del Llonguet de es Pil·larí en Palma

Cientos de personas llenan las calles del barrio este mediodía para degustar los tradicionales panecillos

Los menores han disfrutado de multitud de juegos infantiles de madera

B. Palau

B. Palau

Palma

La Fira del Llonguet de es Pil.larí es un éxito de participación. Centenares de personas han llenado las principales calles del barrio de Palma para degustar los tradicionales panecillos. Este mediodía, la IX edición de la Fira era un hervidero de gente.

Los conductores han tenido problemas para encontrar aparcamiento en las dos entradas de es Pil·larí. La Policía Local de Palma mantiene cortado el tramo interior de la carretera, a pocos metros de los expositores. La mejor opción es el transporte público o bien desplazarse en bicicleta o moto. La EMT ha reforzado su servicio de autobuses.

El buen tiempo ha animado a cientos de ciudadanos a visitar los tenderetes y ‘foodtrucks’ donde se sirven suculentos llonguets. Este año hay 19 puntos de venta establecidos. Los precios de los panecillos oscilan entre los cuatro euros y medio y los seis euros. La carta es variada y resulta muy difícil resistirse a la tentación. Por ejemplo, la Asociación de Vecinos de es Pil·larí ofrece llonguets de sobrasada con miel, de albóndigas o de pica pica. En otro puesto cercano, ofrecen panecillos de frit, pica pica o calamares. Una joven camarera informa: “Nuestro puesto es de una pescadería, los calamares que servimos aún no están fritos, si quieres un llonguet, te hacemos los calamares al momento”.

Conscurso al mejor panecillo

A pocos metros, en un pequeño escenario se celebra el concurso al mejor llonguet de la Fira. Entre el jurado se encuentran chefs como Miquel Calent, además de Maria Pons, Miquel Serra, Lluís Brunet y Rafel Vaquer. También ha habido un espacio de showcooking gastronómico.

Pero no todo son panecillos. En esta celebración también se puede disfrutar de la música de la charanga o bien de las xeremies y, ya por la tarde, de la sesión del DJ Santi Vega.

Además, los más pequeños se han divertido viendo bailar a los gegants de Llucmajor y han podido recorrer dos calles repletas de juegos infantiles de madera y otro tipo de actividades lúdicas.

Otra opción ha sido pasear por las decenas de tenderetes y expositores, colocados en carpas blancas, que ofrecían una variedad de productos y artesanía.

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