Bares normales (XXIV)
Can Sito, el bar mallorquín de los rockeros donde la cocina nunca cierra
Llorenç Soler es un carpintero de Manacor que salvó del cierre la antigua Bodega Miramar, en el barrio de Son Espanyolet, en la calle Son Cotoneret. Bautizó el bar con su nombre, Sito, mantuvo el recetario de la isla y supo unificarlo a otra de sus pasiones más salvajes, el rock


¿Es posible ser un bar mallorquín, de variats y pa amb olis, y a la vez atraer a todos los rockeros de la isla? ¿Es posible ser al tiempo el bar del barrio, donde los jubilados de Son Espanyolet arreglan el mundo entre cortados, periódicos en papel y memorabilia de AC/DC, Europe, Bon Jovi, Rolling Stones, Iron Maiden o Ilegales? Pues sí. La prueba viviente de ello es Can Sito, ubicado en el número 8 de la calle Son Cotoneret, una suerte de plazoleta agradable que permite tener la mejor terraza del lugar y contemplar en lo alto el castillo de Bellver.

FOTOS | Bares normales de Palma: Bar Ca'n Sito / Bernardo Arzayus
Antes fue la Bodega Miramar
Can Sito no siempre fue un templo del rock, se intuye en sus paredes, que aún mantienen viva parte de su memoria. Su historia se remonta a 1962, cuando abrió sus puertas la Bodega Miramar, «que así se llamaba porque desde aquí podía verse el mar, no estaban todos estos edificios». «Venimos aquí porque hacen el mejor café del barrio junto con el bar Goa, que está más cerca de Santa Catalina», aseguran dos parroquianos fijos, también vecinos de toda la vida de Son Espanyolet. «Venimos aquí y arreglamos la política y el fútbol», añaden Toni Gayá y Jesús Alarcón i Pomar. «Estamos jubilados y de momento cobramos», subrayan con sorna. «Antes todo esto eran cuatro calles, literalmente, ahora muchos extranjeros están comprando las casas, algo que no nos parece mal. Muchas se caían y las han arreglado», comentan. Ambos recuerdan a la perfección el pasado del barrio y han sido testigos de cómo una zona de trabajadores se ha convertido en objetivo del mercado inmobiliario. Los suecos desembolsan barbaridades por estas casitas bajas. «Era una zona de cordeleros, hacían las cuerdas de los barcos. Por aquí pasaba un torrente y se aprovechaba su cauce para fabricar las maromas, que son las cuerdas gruesas de las embarcaciones», explica Gayá. Alarcón también recuerda que vecinos del centro de Palma compraban una planta baja en Son Espanyolet para veranear. «Mi abuela lo hizo», confiesa. «También había marineros y trabajadores de la Trasmediterránea. Y en esa esquina nació la que fue Miss Europa, Maruja García Nicolau. Aquí enfrente había una fábrica de juguetes y más abajo el cine Progrés. La Juaneda era el hospital naval. Era un barrio humilde estrechamente vinculado con el mar, ahora las casas se venden a los suecos por precios desorbitados», dicen.

BARES NORMALES DE PALMA - BAR CAN SITO / Bernardo Arzayus
El fútbol, otro motor del bar
Pese a ello, hay resistencia vecinal. María Frau, también clienta de Can Sito, es un ejemplo. «Yo no quiero vender mi casa a un extranjero. No quiero que este barrio termine como Santa Catalina, donde te sientes fuera de casa», reflexiona. María está sentada en la primera estancia del bar, donde hay una gran barra, una súper tele y fotografías del Madrid, el Barça y el Mallorca. En Can Sito también hay mucho movimiento los días que hay partido. En la pared de un rincón, destaca una camiseta del futbolista Guillem Vallori, el número 5 del Munchen TSV. «Viene mucha gente del Mallorca cuando el equipo juega fuera. También cuando es día de partido del Madrid o del Barça o cuando hay carreras de moto GP o Fórmula 1», explica el propietario del bar, Llorenç -Sito- Soler Molinas.

BARES NORMALES DE PALMA - BAR CAN SITO / Bernardo Arzayus
Ebanista de Manacor
De Manacor, se hizo cargo del bar hace 13 años. De profesión, es ebanista y se quedó sin trabajo con la crisis de 2008. El crack financiero le embistió y tuvo que cerrar su carpintería. «Me quedé en el paro y me fui a trabajar tres meses a Campos pero no me pagaron. Entonces cogí mi primer bar en Palma», cuenta. Antes de abrir este Can Sito, hubo otro en la carretera de Valldemossa. «Pero se lo vendí a unos chinos y me salió la oportunidad de este local y la verdad es que nos va muy bien», comenta. Supo que los fundadores de la bodega Miramar, Joana y Jaume, se jubilaban. «Aquí ya ofrecían platos mallorquines y hemos querido mantener esa esencia», comenta. «Servimos variats, pa amb olis, tostadas y bocadillos en los desayunos. Es todo casero y del día», asegura. «Entre semana, también ofrecemos platos del día y siempre hay buen entrecot, solomillo y sepia para hacer a la plancha», añade. «Mi mujer Reme, que es de Felanitx, es quien ha enseñado a los trabajadores de la cocina a preparar las tapas del variat», desvela. La carta también permite pedir platos combinados; raciones de alitas, bravas, chipirones o nachitos; croquetas de rabo de toro, de cocido, de pollo al curry, de ibérico, de cochinillo o de merluza y gambas. Las hamburguesas también triunfan, como la mallorquina, con queso de cabra, sobrasada, cebolla y miel. «La tarta de queso nos la prepara una casa particular, es buenísima», exclama Mari, una de las camareras. Los fines de semana sirven rabo de toro.

BARES NORMALES DE PALMA - BAR CAN SITO / Bernardo Arzayus
Casi treinta referencias de cerveza
Si tuviera que destacarse un producto en este bar rockero con baldosas hidráulicas antiguas habría que hablar de la cerveza, la rubia y la tostada. «Tenemos casi 30 referencias diferentes. Los heavies son más de Mahou, que también tenemos, mira los tanques que tengo aquí», señala el dueño.
En Can Sito no sólo ponen comida y bebida, sino también canciones. «La selección musical es nuestra, pero cuando vienen heavies y rockeros también les dejamos que pongan la música que quieran». Durante la elaboración de este reportaje suena Queen, Radio Ga Ga.
En la segunda estancia del bar, donde antiguamente se arreglaban barbas y pelos, las paredes respiran rock, guitarreo, melenas y libertad. «Yo mismo soy rockero, tengo una colección de discos importante de cuando era adolescente. Y hemos puesto muchos de mis vinilos aquí en la pared. En esta parte del bar es donde los rockeros se reúnen y hacen sus celebraciones. También dos chicos graban un podcast aquí que se llama Una birra en el Sito. Hacen entrevistas a cantantes. Les ayudamos en lo que podemos». Incluso el club de heavies que frecuenta el Sito le regaló al propietario una guitarra con el nombre del bar esculpido.

BARES NORMALES DE PALMA - BAR CAN SITO / Bernardo Arzayus
Desayunos, comidas, meriendas, cenas y copas
Una de las ventajas de Can Sito es su amplio horario y que la cocina nunca cierra. Abre de 7.30 a 24 horas. Por lo que sirven desayunos, comidas, meriendas, cenas y copas. Es un bar al que se puede acudir después de un concierto de rock a tomar algo. También tienen juegos de mesa, cartas, ajedrez y dados. Es un centro de reunión, de tertulia, de diversión y un refugio contra la soledad.
En breve habrá un segundo Can Sito en Palma: estará en la calle Mare de Déu de Monserrat, en el Rafal, «será más reducido y económico que este».
*Consulta la sección Bares Normales, en Diario de Palma. Un espacio en formato de artículo y vídeo disponible en la web de este periódico todos los lunes. También podrás ver los bares normales en las redes sociales de Diario de Mallorca.
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