La histórica panadería mallorquina Ca l'Amo en Pep de Palma echa el cierre: "Gracias por confiar en nosotros todos estos años"

El fallecimiento de Arnau, principal forner del negocio, ha precipitado que este emblemático obrador del barrio de Establiments cese su actividad

El negocio, abierto a finales del siglo XIX, era todo un emblema de la historia y la cultura tanto general como culinaria de la isla

'Forn Ca l'Amo en Pep' de Palma

'Forn Ca l'Amo en Pep' de Palma / 'Forn Ca l'Amo en Pep'

Jordi Sánchez

Jordi Sánchez

Palma

La panadería mallorquina Ca l'Amo en Pep, ubicada en el corazón del barrio de Establiments, baja la persiana. Este histórico negocio, emblema de la tradición y la cultura de la isla, cesa en su actividad tras la muerte de su propietario y forner principal Arnau, maestro en la elaboración de productos artesanales como las ensaimadas, las cosas de trampó o sus inconfundibles cocas de patata que falleció la semana pasada tras una larga enfermedad. Había dejado de trabajar desde hace un tiempo y delegó sus funciones sobre dos empleadas de confianza que continuaron con la panadería.

A través de un post de Facebook, este obrador con más de cien años de historia anunciaba el cierre temporal a sus clientes, quienes lamentaron en los comentarios la pérdida de Arnau, un hombre muy querido y conocido en la localidad palmesana. La propiedad del negocio anuncia en el mismo post su adiós "de momento", dejando la puerta abierta a un posible regreso en el futuro. "Gracias por todos estos años", reza el mensaje.

Un negocio cargado de historia

El Forn de Ca l’Amo en Pep nace hacia finales del siglo XIX de la mano de Amador Salom Calafat, natural de Vilafranca y primer propietario del obrador. Este compró el edificio donde antiguamente había unos almacenes y en el cual, además de montar la panadería, levantó diferentes viviendas alrededor.

'Forn Ca l'Amo en Pep' de Palma

'Forn Ca l'Amo en Pep' de Palma / 'Forn Ca l'Amo en Pep'

Todo lo que tiene que ver con Ca l'Amo en Pep está rodeado de historia; en este antiguo almacén, donde podía comprarse prácticamente todo tipo de productos, también se alimentaba a los caballos que tiraban de los carros de comerciantes que salían de Palma en dirección a los diferentes pueblos de Mallorca.

Tiempo después entró a trabajar en la panadería el padre de Arnau Company Florit, Joan Company, después de que Amador Salom hablase con los frailes y le preguntase si le podría ayudar en la panadería. Con ocho años empezó a ayudar en el negocio.

Entre los años cincuenta y sesenta, Arnau empezó a trabajar con su padre. Él, que había nacido en un piso encima del obrador, fue el único de los tres hermanos que continuó con el negocio familiar y representa la segunda generación vinculada al sector de la panadería. Con poco más de seis años ya ayudaba a su padre Joan en el negocio.

Mantenía la producción de dulces y pasteles de manera tradicional a través de un horno moruno de piedra, dado que el anterior horno de leña que utilizaban dejó de funcionar a raíz de una inundación allá por los años ochenta que no impidió que el negocio continuase.

El Forn de Ca l’Amo en Pep era el lugar habitual de compra por parte de los vecinos de la zona de Es Secar de la Real y de Establiments. Era un comercio tradicional, mallorquín, que conservaba infinidad de detalles propios de la identidad isleña que el propio Arnau conseguía plasmar en sus elaboraciones, cargadas de sabor y de historia, hechas en base a recetas que pasaron de una generación a otra.

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