Maricastaña tras anunciar su cierre después de una década en Palma: "Buscamos nuevos dueños"

La tienda lleva más de nueve años en el centro de Ciutat, y sus actuales propietarios se ha despedido entre lágrimas en sus redes sociales esperando encontrar a alguien que siga su legado

Maricastaña cierra su tienda en Palma tras nueve años.

Maricastaña cierra su tienda en Palma tras nueve años. / maricastanashop

Palma

Su historia ha dado muchos giros este último año. Tras una experiencia complicada en Barcelona, donde intentaron expandir su negocio sin éxito al experimentar las dificultades del pequeño comercio en la gran ciudad, los fundadores de Maricastaña han tenido que tomar otra decisión difícil. La tienda que apostó por la moda auténtica y vibrante, se ha visto obligada a poner un punto y a parte a su establecimiento en en el centro de Palma tras más de nueve años de historia. "Emprender es complicado, pero con un sueño por el que no te de pereza levantarte por las mañanas se puede. Ojalá se ayudara un poco más a estos pequeños proyectos y a llenar de magia Mallorca, pero eso ya no está en nuestra mano", sentencia Vicky Pinar, cofundadora de la marca.

¿Qué está pasando con el pequeño comercio en Palma?

El pequeño comercio es una parte esencial del tejido social y cultural de Palma. Sin embargo, la situación económica actual ha obligado a muchos negocios a replantearse su viabilidad. La crisis ha afectado a todos los sectores, y el comercio local no es la excepción. La dificultad de mantener una tienda física se ve agravada por la falta de apoyo gubernamental que denuncian algunos comerciantes y la desaparición de ayudas que antes eran cruciales para la supervivencia de estos establecimientos. "Echamos de menos esas ayudas a las PYMES, que somos los que más estamos sufriendo", lamenta la empresaria.

La tienda cierra en Ciutat y esto buscan en sus nuevos dueños

Ante este panorama, Maricastaña ha anunciado el cierre de su tienda en Palma a través de un comunicado en redes sociales, con el que esperan encontrar a alguien que tome las riendas del negocio. "En los nuevos dueños buscamos la misma pasión, la misma ilusión, que tengan ese brillo en los ojos que no se opera, que lo tienes cuando emprendes. Necesitamos a alguien que tenga muchas ganas de llenar el mundo de color", ha contado Pinar a este medio.

La noticia ha generado decenas de comentarios de clientes y seguidores, expresando su tristeza y apoyo. Un establecimiento que no solo vendía ropa, sino que había construido una comunidad fiel. "Han sido los mejores nueve años de nuestra vida, nos llevamos a un montón de amigos que son regalos para el alma. A nuestros clientes todo lo que podamos decirles se queda corto: gracias por el esfuerzo, por haber vibrado en la misma armonía, por cada like, cada comentario y cada prenda. Apoyar el pequeño comercio a veces es complicado y se agradece. Ojalá el dinero invertido en el pequeño comercio se le devuela a la persona multiplicado por tres. Competimos con grandes marcas pero la gente valora el esfuerzo que hacemos", comenta la empresaria.

Maricastaña nació hace casi una década con la intención de ofrecer una alternativa a la moda convencional y celebrar "la parte positiva de la vida". Sus prendas, con estampados coloridos y diseños atrevidos, buscaban romper con la monotonía y transmitir optimismo. La filosofía de la marca siempre ha girado en torno a la autenticidad y el buen rollo. Con más de 60 mil seguidores en Instagram, lograron construir todo un movimiento.

El futuro: La Vida Mola

Aunque Sergio Gamisans y Vicky Pinar se desvinculan de Maricastaña, su espíritu sigue vivo en La Vida Mola, la marca de ropa con la que los emprendedores seguirán adelante. Este nuevo proyecto mantiene la esencia optimista y desenfadada que los caracteriza, apostando por una moda que inspire y motive a quienes la lleven. "Nuestra idea es seguir consiguiendo tiendas que distribullan la marca, coger la maleta, viajar por Europa y representar a La Vida Mola. En Mallorca, ha venido mucha gente a la tienda de todas las partes del mundo que nos ha comentado que la marca triunfaría en sus países", confiesa la cofundadora.

Las expectativas para La Vida Mola son altas. Pinar y Gamisans confían en que podrán superar los obstáculos y adaptarse a su nueva realidad. La historia de Maricastaña demuestra que la pasión y la autenticidad pueden abrir nuevas puertas. Mientras haya marcas dispuestas a innovar y a conectar con su comunidad, el comercio local seguirá teniendo un papel fundamental en el desarrollo de nuestras ciudades.

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