Multitudinaria ofrenda de huevos a Santa Clara en Palma

Más de 200 personas recorren las calles del centro de Palma por Sant Tianet hasta llegar al convento de las clarisas para pedir que no llueva el día del patrón

Muchos niños han participado en el pasacalle, animado por los bailes de los caparrots y las xeremies

Así ha sido el baile de los caparrots ante las monjas clarisas de Palma

B. Palau

B. Palau

B. Palau

Sant Tianet es un éxito. Cada año que pasa, participa más gente y se suman nuevas cofradías. Esta mañana, más de 200 personas han asistido a la ofrenda de huevos a las monjas clarisas de Palma. Una multitud, la mayoría madres y padres acompañando a sus hijos, muchos de ellos en cochecito, ha recorrido las calles del centro de la ciudad hasta llegar al convento de Santa Clara. Allí, han entregado varias docenas de huevos para pedir que no llueva el día del patrón.

Nueve monjas han recibido a la comitiva con las manos abiertas e incluso han cantado una pieza en honor a Sant Sebastià, ante la atenta mirada de los más pequeños tras la verja de hierro que les separaba de las religiosas.

A cambio, la Confraria de Sant Sebastià, la primera que se fundó y la organizadora de Sant Tianet, les ha ofrecido un baile de caparrots al ritmo de las xeremies.

Tras danzar, el público ha roto en aplausos, ante las sonrientes clarisas, que se han retirado al interior del convento llevando unas cinco docenas de huevos.

La celebración de Sant Tianet ha empezado pronto en un domingo que ha amanecido soleado. A las diez de la mañana, más de un centenar de personas se ha congregado en la calle Can Vatlori. Muchos de los asistentes, ataviados con pañuelos anudados al cuello de color verde, amarillo, blanco y rojo, según las distintas cofradías a las que pertenecen, esperaban el inicio del pasacalle. Algunos pequeños han aprovechado para desayunar zumo y galletas que ofrecía la Confraria de Sant Sebastià.

Poco antes de las diez y cuarto de la mañana, los caparrots han realizado el primer baile en la calle, acompañados de las xeremies. Han gritado “¡Visca Sant Sebastià!”. Y ha empezado el desfile encabezado por el estandarte de color verde de la Confraria de Sant Sebastià, seguido de los xeremiers, caparrots, niñas que llevaban una cesta con dos docenas de huevos, otros portando la figura del patrón de Palma y varios disfrazados de dimonis.

Los turistas observan desde la ventana

La comitiva formada por más de 200 personas ha enfilado distintas calles del casco antiguo de la ciudad, la mayoría de ellas vacías. Varios vecinos se han asomado a los balcones y también unos cuantos turistas curiosos han salido a la ventana de los lujosos hoteles urbanos que hay en el barrio, donde se encontraban hospedados, al escuchar la música festiva.

A las diez y media de la mañana, cumpliendo la previsión del programa alternativo de las fiestas de la ciudad, el pasacalle ha llegado al convento de Santa Clara. Antes de entrar al recinto, los niños vestidos de dimoni se han quitado sus máscaras, los cuernos y los cascabeles al hallarse en un lugar sagrado. Los dimonis tienen prohibida la entrada en el convento, como en otras ocasiones.

Un cántico en honor al patrón de Palma

Sant Tianet, en imágenes

Sant Tianet, en imágenes / Guillem Bosch

En primer lugar, los menores se han dirigido al interior del edificio, donde han llamado a las monjas tras accionar un timbre. Una religiosa les ha respondido en seguida y les ha informado de que debían ir hacia el locutorio, un lugar anexo más amplio, donde podrían realizar la ofrenda de huevos.

Decenas de niños han entrado en la sala y se han apostado en las rejas de hierro donde se podía leer ‘Santa Clara’. Nueve monjas les han recibido tras los barrotes. Los niños han clamado al unísono “¡Bon dia!” y han explicado que les venían a traer huevos para que no lloviera ni el próximo día 19 de enero por la Revetla ni el 20, festividad del patrón.

Las religiosas se han presentado ante los pequeños. “Soy Sor Míriam, yo Sor Nazaret…”, han indicado una a una. Acto seguido, han entonado un cántico en honor al patrón de Palma: “Sant Sebastià patró de la nostra ciutat, Sant Sebastià pregau per nosaltres”.

Los niños embobados han aplaudido cuando las monjas han acabado de cantar. Luego, han entrado la figura del patrón y, antes de las once de la mañana, los caparrots han danzado para las religiosas con la música de los xeremiers. Los menores les han entregado los huevos y han salido del convento tras exclamar “¡Visca Sant Sebastià! ¡Visca Santa Clara!”.

El pasacalle ha continuado por el centro de Palma hasta llegar al bar Can Vinagre, en la calle Oms. Allí, han seguido los bailes y, poco después, los más pequeños han disfrutado de todo tipo de juegos, talleres y ludoteca. Las torradoras estaban preparadas para una comida festiva en plena calle.

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