Patrimonio

El molino de cal Tio de Son Pelat recupera su esplendor

Un grupo de arquitectos, constructores y promotor mallorquines han sido galardonados en los Premios de arquitectura tradicional Toni Cobos por la rehabilitación de este elemento histórico, ubicado en el Pla de Sant Jordi

Redacción

El molino de cal Tio de Son Pelat, ubicado en el Pla de Sant Jordi (Palma), vuelve a su esplendor de la mano de un grupo de arquitectos y constructores. El proyecto de rehabilitación ha ganado el primer premio ex aequo, junto con la reforma de dos edificios en las Adoberies de Vic (Barcelona), de los Premios de arquitectura tradicional Toni Cobos que otorga el Grupo de Recuperación y Estudio de la Tradición Arquitectónica (GRETA), una asociación con sede en Cataluña.

El molino de viento de extracción de agua durante las obras.

El molino de viento de extracción de agua durante las obras. / Anaïs del Cid y A. Carrió

Los premios se entregaron el pasado viernes en el Terracotta Museu de la Bisbal de Girona. En la categoría A (que premia la intervención en la arquitectura tradicional) fueron galardonados la arquitecta Assumpció Carrió, el arquitecto técnico Lluís Oreja, el constructor Martí Cabot, el restaurador de molinos Miquel Ramis y el promotor Sebastià Serra. Se trata de un molino de viento de extracción de agua que servía para regar los cultivos que rodean la torre, el safareig y las construcciones agrarias necesarias para la explotación agrícola. Esta estructura de molinos y acequias para transportar agua es visible en el paisaje, perjudicados por la irrupción del turismo y la especulación urbanística en el sector productivo de Mallorca.

El jurado ha «valorado el esfuerzo por parte de todos los implicados; en primer lugar del propietario que, a petición del payés que necesitaba el agua para regar, ha querido recuperar la función original del molino». También han puesto en valor «el esfuerzo del equipo técnico al realizar las obras del molino, el safareig y la antigua vaquería a través de técnicas tradicionales, tanto en la parte de arquitectura (que recupera los muros y las escaleras de marés, los forjados de madera y marés, los portellons, etcétera) como en la de ingeniería (que ha recuperado la construcción original de la mecánica del molino), sin olvidar la rehabilitación de la mina de agua».

El arquitecto mallorquín Carles Oliver entregando el premio en nombre del jurado a su colega Assumpció Carrió, en Girona.

El arquitecto mallorquín Carles Oliver entregando el premio en nombre del jurado a su colega Assumpció Carrió, en Girona. / Anaïs del Cid y A. Carrió

Por último, los promotores agradecen al Consell de Mallorca por poner en marcha y mejorar los mecanismos de las subvenciones. Según el jurado, este ejemplo visibiliza el valor patrimonial de estos territorios repletos de molinos, y destaca la urgencia de mantener y mejorar todavía más las ayudas para fomentar que los propietarios del resto de casi mil molinos pendientes de rehabilitación sigan la misma iniciativa.

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