Las peligrosas baldosas móviles de la calle Joan Alcover de Palma: "Un día ocurrirá una desgracia"

Los vecinos de la calle Joan Alcover de Palma caminan desde hace tres años sobre baldosas movedizas mirando al suelo con mucho cuidado para no darse un trompazo en un descuido. 

"En este tramo todas se mueven, todas están sueltas", señala un vecino al salir supermercado abierto en el chaflán con la calle Manacor. En una mano lleva la bolsa de la compra y en la otra la correa del pequeño perro que le acompaña. Y no le importa entretenerse unos minutos para demostrar el alcance del desperfecto, pisando una a una todas las baldosas sueltas de su alrededor, que suenan como las teclas de un piano roto: "Clac, clac, clac, clac". 

Joan Frontera, residente en Joan Alcover, denuncia que los vecinosa llevan años reclamando al Ayuntamiento de Palma que arregle el problema de las baldosas sueltas de sus aceras, que ya se extiende desde el cruce con Ricardo Ortega hasta el al de la calle de Manacor, en el costado de los números pares. 

"El Ayuntamiento no nos hace ni caso"

"Llevamos mucho tiempo con esta reclamación y no nos hacen ni caso, incluso teniendo en cuenta los accidentes que puede provocar en los viandantes una baldosa levantada o el agua que escupen cuando son pisadas cuando llueve", lamenta. «Es un problema que empezó agravarse hace tres años y que poco a poco ha ido a más», detalla Frontera. "Está localizado entre los números 2 y 24 de la calle. Y que se va agravando a medida que la calle se acerca a la confluencia con la calle Manacor, por la proximidad del supermecado y por la cantidad de peatones que usan esta zona de la calle», detalla. "Hay tantas baldosas levantadas que cuanto circula un patinete por la zona suena como el repiqueteo de unas castañuelas», comenta. "Parece cómico, pero no lo es, porque las aceras no son seguras y alguna persona mayor se puede caer y hacerse daño de verdad" lamenta. 

Las aceras de la vía tienen 16 años de antigüedad. Fueron integramente renovadas en 2008, coincidiendo con la construcción del Casal de Barri, cuyo voladizo también refleja el pasado de los años por la suciedad que acumula.

La persistencia del desperfecto en las baldosas y su alcance cada vez mayor, lo confirma también un matrimonio que recorrre la calle casi a diario. "Nosostros viviemos en la calle Ricardo Ortega, que ha sido reformada y ha quedado muy bien, pero lo de las aceras en este tramo de Joan Alcover es terrible, no hay una sola baldosa que se salve. Un día ocurrirá una desgracia", comentan.