Barrios de Palma

La falta de mantenimiento en el Canódromo de Palma indigna a los vecinos

Muchos árboles están muertos o completamente secos, y la escultura del ‘Núvol’ de Albert Pinya se ha llevado la peor parte de los grafitis

El 'Núvol' de Albert Pinya lleno de grafitis

El 'Núvol' de Albert Pinya lleno de grafitis / Xavier Peris

Irene R. Aguado

Irene R. Aguado

El mal estado del bosque urbano del Canódromo vuelve a generar quejas de los residentes de la zona tan solo dos años después de su inauguración. Si nada más abrirse algunos vecinos ya apuntaron que el recinto es «un secarral», ahora con un paseo por el parque se puede ver que muchos árboles están muertos o completamente secos. Hay ramas y trozos de troncos por el suelo, además de parterres vacíos o malas hierbas en los jardines en los que debería haber vegetación.

La peor parte se la ha llevado la escultura del ‘Núvol’ del artista Albert Pinya, que se ha llenado por completo de grafitis. Esta obra fue un ‘regalo’ para la ciudad de Palma y la idea era que se integrase en el paisaje del bosque como un elemento más, pero ha acabado siendo víctima del vandalismo. La asociación de Artistas Visuales de Balrars (AAVIB) ya ha lamentado en varias ocasiones la instalación de una pieza como esta sin protección ni vigilancia en un parque rodeado de centros educativos. Igualmente, algunos bancos del parque, paredes e incluso los muros de los desniveles tampoco se han librado de los grafitis.

Ramas, troncos y hojas tiradas en el suelo.

Ramas, troncos y hojas tiradas en el suelo. / Xavier Peris

El presidente de la asociación de vecinos de la calle Jesús, Miquel Rosselló, recuerda que otra de las preocupaciones de los residentes son las chabolas que se van instalando por los alrededores del Canódromo: «En principio no viven personas problemáticas, pero genera división porque algunas personas piensan que genera una imagen de degradación», apunta el responsable.

Por su parte, el presidente de la asociación de vecinos de Es Fortí, Salvador Maimó, recuerda que el problema de los árboles secos también se extiende a sa Riera, donde también se pueden ver ramas y troncos caídos por el suelo. Esta asociación ya expresó su decepción al inaugurar el parque urbano del Canódromo, que tiene una superficie aproximada de 16.000 metros cuadrados, aunque ahora la vegetación ha crecido y hay más zonas de sombra pese a que la zona es una víctima más del vandalismo.

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