Infraestructuras

La plaza de España de Palma afronta la recta final para su inauguración en septiembre

La apertura se retrasa por tercera vez

Quedan trabajos como colocar la señalización, papeleras, bancos o limpiar el kiosko de grafitis

La futura plaza de España está pendiente de los últimos retoques antes de su inauguración, que finalmente no será este viernes, tal y como estaba previsto, y se retrasa por tercera vez desde que comenzaron las obras. El Ayuntamiento de Palma prevé ahora abrir la plaza en septiembre, aunque todavía no hay una fecha fijada. Los grandes retrasos de esta reforma han venido marcados por las sorpresas que los técnicos se han encontrado bajo tierra, especialmente la muralla renacentista que afloró poco después de comenzar (un hallazgo que provocó una demora de varios meses y aumentos de presupuesto) y más tarde las canalizaciones que ha habido que cambiar.

Antes de instalar el pavimento, hubo que sustituir todas las canalizaciones bajo tierra de aguas residuales y agua potable en los dos lados de la plaza por lo antiguas que eran, además de eliminar el fibrocemento. Después hubo que extender estos trabajos a las obras a la calles de Caputxins, Bastió d’en Sanoguera y la del Bisbe Perelló, que ya están reasfaltadas. Entre una sorpresa y otra, las previsiones iniciales que manejaba el Ayuntamiento se han atrasado más de medio año.

Después de todos estos trabajos, ahora en la plaza de España queda la recta final: el rejuntado de las baldosas nuevas para que no haya movimientos ni espacio entre ellas y una buena limpieza de todo el pavimento antes de la inauguración. También falta la señalización, las papeleras y los nuevos bancos, que se han querido colocar en el último momento para evitar el vandalismo.

Además, falta limpiar el kiosko de grafitis y algunos detalles de las baldosas interiores de la fuente de la estatua de Jaume I, que se ha restaurado y se tiene que poner en marcha otra vez. Por otro lado, los técnicos han pintado de blanco el antiguo palomar, que estará señalizado con su nombre original gracias a una consulta con el cronista de la ciudad.

Falta también colocar las tomas de electricidad que utilizan las casetas de las ferias que se instalan de forma temporal, como los mercadillos de Navidad. Además, están acabando de restaurar la estación meteorológica conocida como el barómetro de la plaza de España, obra del arquitecto Gaspar Bennazar en 1910.

La idea es acabar todas estas actuaciones antes de inaugurar el enclave. La última previsión es que el acto oficial con las autoridades se celebrara este viernes, pero ha habido que retrasarlo por tercera vez. En cualquier caso, se destapará una plaza totalmente renovada: ya solo el aspecto del nuevo embaldosado supone un lavado de cara y, sobre todo, dejar atrás las losas de pizarra que tantas quejas generaron. Una de las medidas más discutidas es que ya no habrá carril bici, y se convertirá en el único punto de la ciudad que interrumpe el trazado.

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