DEGRADACIÓN COMERCIAL

Teixits Bellver se va de la calle Sant Miquel tras 60 años por el precio del alquiler

La emblemática mercería del centro de Palma cambia su local del carrer de Sant Miquel a los Geranis.

Su establecimiento será ocupado por una franquicia de bolsos de lujo.

Teixits Bellver en liquidación.

Teixits Bellver en liquidación. / Pere Morell

Teixits Bellver se muda al Carrer dels Geranis tras 60 años en el carrer de Sant Miquel por culpa del alto precio del alquiler. El emblemático enclave de Palma pierde un comercio tradicional más. Otra historia que se cierra en uno de los sitios más gentrificados y devorados por el turismo.

«Esto antes era una calle para palmesanos, los comercios los llevaban todos mallorquines», explica muy apenada María Teresa Lladó, la dueña actual del negocio. "No puedo pagar más el alquiler, el precio de dos meses aquí es el mismo que el de un año en los Geranis", asegura.

Lo sustituirá una franquicia de bolsos de lujo, una empresa que ya tiene varios establecimientos en Palma y que le ha dado dinero a Lladó para conseguir su puesto.

El local llevaba en el carrer de Sant Miquel desde el año 1965, cuando el padre de Lladó lo alquilo. "Mi padre aguantó la jubilación hasta muy tarde para que no nos subieran el precio del alquiler, él sabía que se elevaría como la espuma", sentencia Lladó.

Efectivamente, cuando el padre de María Teresa se jubiló, el negocio paso a nombre de ella y se actualizó el contrato "al precio que tocaba".

María Teresa Lladó ultimando sus últimos días en el local

María Teresa Lladó ultimando sus últimos días en el local / Pere Morell

A Tejidos Bellver le iba bien gracias a la "venta de uniformes para las escuelas". Sin embargo, los centros educativos decidieron "hacer ellos mismos los negocios y vender sus uniformes". Ese suceso bajo mucho la facturación, y según Lladó "no nos basta con vender sabanas".

Lladó confía en sus clientes habituales, ya que explica que muchos clientes le han "asegurado que vendrán" a la nueva ubicación. No obstante, perder el sitio en el carrer de Sant Miquel es una lástima para la mujer, porque el sitio "entra mucho por los ojos".

"Es una pena, cada vez quedamos menos locales de toda la vida, Joyería Miro, Bordados Valldemossa... Solo quedarán franquicias y los únicos clientes serán alemanes", sentencia Lladó.

El 15 de septiembre Lladó entregará "las llaves del local", y ese día, la historia de amor de Teixits Bellver con el carrer de Sant Miquel llegará a su fin. Otra puñalada hacia los llonguets. Síntomas de una ciudad franquicia que cada día pierde más su identidad, bendición de la globalización y el turismo de masas que arrincona a la cultura de la isla

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