Pactan que las trabajadoras de locales de masaje chino de Son Armadans no capten clientes en la calle

Buena parte de locales de masaje chino de Son Armadans han aceptado que las trabajadoras no salgan a la calle a captar clientes. La Asociación China de Balears (ACHINIB) ha mediado entre los propietarios de estos negocios y los vecinos del barrio, preocupados por la expansión de estos locales, para que ejerzan su actividad de manera más discreta. Del mismo modo, algunos de estos establecimientos también han aceptado retirar los reclamos lumínicos que encendían por las noches.

«Las chicas ya no están en las aceras y algunos negocios han bajado la iluminación de los escaparates y han reducido el tamaño de las imágenes. Estamos intentando convencer al resto de locales para que hagan lo mismo», explica Fang Ji, presidente de ACHINIB. «Hemos empezado con este trabajo en Son Armadans porque hay una excesiva concentración de estos negocios y se estaba generando una conflictividad con los vecinos», añade Ji, que regenta una inmobiliaria en Pere Garau.

ACHINIB se ofreció para intermediar entre los locales de masaje chino —en realidad establecimientos de prostitución encubierta— y los vecinos de Son Armadans, que dieron la voz de alarma sobre la proliferación de esta actividad en el barrio, con especial incidencia en Marquès de la Sènia.

«Está claro que hay demasiados en la misma calle. Entiendo la incomodidad de los vecinos, a nadie le gusta vivir en una zona en la que hay tantos locales de masaje. Es lógico. A los empresarios les digo que cuiden a los vecinos y que sean generosos. Por su parte está habiendo buena disposición para hacer los cambios necesarios», destaca Ji.

"Son trabajadoras normales y educadas"

Los vecinos habían reclamado que las trabajadoras no salieran a la calle a buscar clientes, por una cuestión de imagen y porque en ocasiones se generan peleas entre ellas por la competencia que mantienen estos locales. «A nadie le gusta trabajar en esto, y mucho menos a pie de calle. Estas mujeres vienen de situaciones económicas complicadas, pero al final son trabajadoras, normales y educadas», defiende el presidente de ACHINIB.

En todo caso, Ji elude pronunciarse sobre la actividad que se desarrolla en el interior de los establecimientos — «no tengo pruebas de que ofrezcan servicios sexuales»— y subraya que «todas ellas tienen los documentos de residencia en regla».

La presidenta de la asociación de vecinos de Son Armadans, Catalina Llompart, confirma que la presencia de mujeres fuera de los locales de Marquès de la Sènia se ha reducido considerablemente, y que algunos de ellos han eliminado los reclamos lumínicos más llamativos. En todo caso, reitera que el Ayuntamiento debe trabajar para reducir el número de estos negocios.

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