Pasado el invierno, la Catedral de de Mallorca retomó el pasado 3 de mayo sus populares visitas a las terrazas del templo, un recorrido desde otro punto de vista que permite disfrutar de sus arbotantes, del rosetón mayor y del campanario desde muy cerca, así como de una panorámica de la bahía de Palma, el puerto y el perfil de la ciudad.

La visita permite disfrutar de Palma a vista de pájaro y conocer la basílica desde los rincones más insospechados. El acceso se realiza sin guía y se se repite cada 30 minutos. De lunes a viernes de 10.00 a 16.30 horas. Y los sábados de 10.00 a 13.30 huras. De día 3 hasta el 6 de mayo.

El precio de la entrada, que incluye la visita en la Catedral, a las terrazas, así como al Museo de Arte Sacro de Mallorca, es de 20 euros. El acceso para residentes será de 7 euros. Y los viernes presentando el DNI podrán adquirir una entrada gratuita en las taquillas de la Seu. La venta de tickets estará disponible tanto en la página web como las taquillas de la Catedral con un aforo máximo de 60 personas por visita.

Ahora visitas a las terrazas por la tarde todos los jueves a las 20.00 horas.

Ahora, la Catedral inaugura el jueves a las 20.00 horas el mismo recorrido pero al atardecer, que se mantendrá durante toda la temporada. En este caso la visita se realiza con guía y se ofrece la posibilidad de realizarlo en castellano, catalán e inglés.

La magnificencia de la Catedral de Mallorca y su relación con el entorno sólo pueden entenderse en su globalidad cuando se sube hasta las terrazas y se puede contemplar el edificio desde arriba. No son sólo las magníficas vistas que ofrece un mirador gótico de estas características, sino también los secretos de construcción y detalles personales de quienes habitaron en sus alturas.

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Las mejores fotos de las visitas a las terrazas de la Catedral de Mallorca Manu Mielniezuk

Escalera de acceso al campanario

En mitad de la misma, se encuentra una sala mediana donde, entre los siglos XV y XVIII, residían trabajadores de la Catedral o se refugiaban personas que huían de enfrentamientos violentos o delitos. Durante una época, la sociedad fue muy violenta y llegaron a decretarse los confines de la Seu como lugar límite para los conflictos. La huella humana se traduce en los grafiti de esta estancia, donde se distingue, por ejemplo, la firma del bandolero Sebastià Sbert. U otra inscripción breve que recoge un dramático “Pens morir”.

Campanario

Las hipótesis apuntan que, por su orientación, el campanario habría sido levantado a partir del antiguo minarete de la mezquita originaria. El cuerpo principal que alberga las campanas es de madera. Allí se puede contemplar N’Aloy, la campana más grande, 4.670 kilos.

Zona oriental de las terrazas

Es posible contemplar todo el sistema arquitectónico de arcos arbotantes, el costillar que sujeta la nave central, y los vitrales. Ahora son más de 80 los que iluminan el templo porque hasta el siglo XX todos los ventanales estaban tapiados.

Rosetón central

Desde la terraza, lo que se puede contemplar con detalle es su dorso. Éste es uno de los mayores atractivos de la visita. Está formado por 1.1115 cristales de colores. Es uno de los más grandes del mundo de estilo gótico.

Gárgolas y pináculos.

Desde las terrazas pueden contemplarse con bastante detalle algunas gárgolas, que escupen el agua que baja de las vertientes del tejado y las cubiertas, además de otros elementos escultóricos, como la imagen de la Asunción de la Virgen y el relieve circular con un ángel que abre su sepulcro vacío ante la mirada de los apóstoles. Si se mira al cielo, también pueden verse lo pináculos.