Zaqueo cumple 25 años de «apoyo incondicional»
El comedor social celebró este viernes un cuarto de siglo con un encuentro entre voluntarios y colaboradores
El comedor social Zaqueo ha cumplido veinticinco años, y lo ha hecho arropado por quienes desde el principio le han dado «un apoyo incondicional». Así, voluntarios, colaboradores y amigos se reunieron este viernes en la plaza Mercadal y celebraron un cuarto de siglo del proyecto que iniciara en 1998 Paco Sans.
«No ponemos ninguna exigencia, simplemente hay que venir, ponerse a la cola y ya está», explicó a este diario Catalina Cunill, presidenta de este comedor social del barrio palmesano de sa Gerreria, que desde la pandemia por el coronavirus atiende cada día a más de 200 personas. «Antes comían aquí, pero ahora les preparamos bolsas con una fiambrera con comida caliente, pan, agua, fruta, algún dulce y una vez a la semana leche para que se lo lleven. Son tantos usuarios que hemos cambiado nuestro sistema de atención», señala.
Son muchos los voluntarios que jornada tras jornada hacen posible este proyecto solidario. Según detalla Cunill, se organizan por grupos, cada uno de los cuales acude un día de la semana diferente, y dan así cobertura a una necesidad tan básica como la de la alimentación.
Para celebrar este veinticinco aniversario, el comedor se engalanó y vistió sus paredes de fotografías de los voluntarios. Además, se ofreció un pequeño refrigerio en agradecimiento a la labor y el acompañamiento prestados. Para amenizar el aniversario, no faltaron una pareja de xeremiers y el canto de un coro.
Decenas de personas acudieron a la celebración, en la que con un gran ímpetu los allí presentes recordaron sus vivencias y compartieron experiencias. El agradecimiento y las ganas de seguir trabajando reinaban en el ambiente. Toñi Suasi, Aina, Ventura y Margalida, un grupo de voluntarias veteranas, relataron con entusiasmo cómo sin saber en qué consistía el proyecto llevan ya trece años en él. «Somos del Club Horizonte, que se disolvió cuando nos casamos. Hace veinte años lo retomamos, invitábamos a gente para que diera charlas y un día vino Sans y nos lo explicó. Entonces no servían comida caliente y nos propusimos hacerlo durante un año. Y hasta hoy», expusieron con orgullo.
Así, cada jueves y un jueves de cada mes sirven y preparan sus mejores platos para quien lo necesite: «Cocinamos lentejas, arroz tres delicias, pechugas de pollo con su guarnición. Ah, y no les falta dulce, que también traemos bizcochos de chocolate y cocas de quart», describieron. Este grupo de voluntarias señaló que les «encanta» lo que hacen y que lo que más les reconforta es «lo agradecidos que se muestran» la mayoría de los usuarios del comedor.
En ello coincidió Belén Álvarez, que junto a Mariano Santos y Magdalena Esteva, cocina para los comensales de Zaqueo un sábado al mes. «Somos un grupo de unas quince personas. Hemos llegado a hacer recetas incluso de Santi Taura, aunque era muy complicado», reconoció entre risas. Y es que, a pesar de las dificultades lo importante es, como señaló Esteva, «ayudar de alguna forma y aportar tu granito de arena».
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