Los 'souvenirs' invaden Jaume II en Palma: once negocios solo para turistas en una misma calle

El 20% del comercio de la céntrica vía palmesana ya son negocios que venden recuerdos y objetos para los visitantes - Cort no contempla de momento ninguna regulación, pero no pueden recibir subvenciones del área de Comercio

Redacción

Los souvenirs y las tiendas de recuerdos y objetos para turistas se están extendiendo como una mancha de aceite por el centro de Palma. Este tipo de comercios han engullido gran parte de la calle Jaume II de Palma, una de las vías comerciales más antiguas de la capital balear y donde aún levanta la persiana cada día la tienda más antigua de España, la mercería Àngela.

Si hace un mes, la calle languidecía porque muchos comercios de temporada tenían echada la barrera, ahora la situación es justo la contraria: una riada de visitantes circulan arriba y abajo por el estrecho trazado después de fotografiar el edificio modernista Can Forteza Rey.

Justo al lado de la citada mercería, los turistas fotografían y graban cómo un costurero borda con su máquina de coser en un minuto sobre alguna pieza de tela el nombre que se le solicite. El despliegue de souvenirs empieza aquí: son once de un total de cincuenta comercios. El 20% del tejido comercial de la calle. Podrían llegar a ser trece si también se contabiliza la tienda de productos típicos de la isla y otra con un perfume también de Mallorca. Apenas hay rastro de variedad comercial y de negocios para oriundos en Jaume II. En los escaparates se repiten como copias las láminas, imanes, camisetas, bolsas, gafas de sol, sombreros de playa, flamencas, roba de llengües, toros, abanicos, cerámicas…

Algunos de estos negocios exponen en el exterior y directamente en la calle parte de la mercancía. Invaden las arquitecturas y los bajos de los edificios. La transformación está siendo muy rápida.

«Nos gustaría que hubiera más comercio de ropa, zapatos, bolsos, y si es mallorquín, mejor, pero al final también son tiendas como nosotros y no podemos ir contra ellos y no vamos», expone Pedro Mesquida, presidente de la Asociación de comerciantes de Jaume II. «Prácticamente todos estos souvenirs los llevan dos empresas, una de aquí y otra de Cataluña. Y luego también hay otra china, que es la que ha abierto los comercios con artículos hechos a partir de corcho. Estos chinos han cogido también el local de Can Corbella donde estaba el Fornet de la Soca. Hace dos meses han abierto una tienda de bisutería», comenta el también propietario de Xino’s.

Algunos locales comerciales de esta zona se alquilan a precios elevadísimos y sólo los pueden arrendar grandes compañías con elevados beneficios. Es el caso del citado local de Can Corbella.

Mesquida cuenta que los souvenirs funcionan en efecto por el gran número de turistas que visita la ciudad «y por los grandes márgenes de beneficio que tienen con los productos». «Pongo un ejemplo, venden un imán a un euro, pero les cuesta diez céntimos fabricado en China. Y lo que necesitan son muchos puntos de venta, algo que se está viendo», indica.

Para el presidente de comerciantes de la zona hay otro tipo de souvenirs, que sería el de producto mallorquín, «que no es lo mismo, porque son productos fabricados de otra manera y aquí, y sí se han de potenciar», considera. De hecho, Mesquida le propuso al equipo de Govern de Cort para las abandonadas galerías de la plaza Major que media parte fuera para puestos gastronómicos y de ocio y la otra media para tiendas de producto local.

En el centro de Palma, ya hay unas 40 tiendas de souvenirs. Históricamente se han concentrado en las cercanías de la Catedral y la Avenida Antoni Maura. En plaza Cort ya hay una, también en calle Colom e incluso han puesto una pica en Sindicat.

El director general de Comercio del ayuntamiento de Palma, Miguel Carranza, es consciente del crecimiento de este tipo de negocios en la ciudad a causa de la turistización. Preguntado por si se establecerá o existe alguna medida de regulación o contención, como ya se aplica en Barcelona, aclara que de momento lo único que está vigente es que este tipo de tiendas quedan fuera de las subvenciones públicas que convoca su departamento.