Emaya aún no ha limpiado los restos de cera que dejaron las procesiones

La empresa tiene que hacerlo en los próximos días con máquina especial de agua caliente

Redacción

Las procesiones de Semana Santa celebradas en Palma hace apenas unos días dejaron una marca física en algunas calles de la ciudad. Los cirios, al derretirse durante la jornada, iban dejando un reguero de restos de cera que, días después, siguen incrustados en el suelo urbano y persisten en muchas calles del centro. Los vecinos advierten cada año de que esto supone un importante riesgo de caída para los ciudadanos.

Desde el ayuntamiento explican que este trabajo debe hacerlo la empresa municipal Emaya, encargada de las tareas de limpieza, a través de un tratamiento especial con una máquina que lanza agua muy caliente para poder despegar los restos ya que se trata de una sustancia muy difícil de eliminar.

De momento no se conoce cuánto costará, aunque en años anteriores el ayuntamiento ha llegado a pagar hasta 32.000 euros por este trabajo. La empresa, manifiestan desde Cort, tiene que hacerlo en los próximos días en algún rango horario que sea compatible con los ciudadanos de Palma ya que el proceso de limpieza es especial.

Las tareas pueden alargarse hasta cuatro semanas y debe hacerse durante las primeras horas del día porque la empresa necesita cortar las calles con el objetivo de molestar lo menos posible a los residentes.

El proceso es simple pero arduo porque en primera estancia deben pasar la máquina decapadora, que va seguida de una máquina de baldeo para que el pavimento quede totalmente limpio.

Este fenómeno se repite año tras año después de la Semana Santa, con la única diferencia que en los años anteriores los empleados municipales arrojaban arena en las zonas más afectadas para evitar los resbalones. Sin embargo, esta actuación provocó a su vez las quejas de los comerciantes de la zona centro, porque al día siguiente sus locales quedaban cubiertos de suciedad y polvo.