El centro de Palma se abarrota en una multitudinaria procesión del Crist de la Sang

Un total de 33 cofradías y 37 pasos desfilan en la cita más importante de la Semana Santa - El itinerario cuenta por primera vez con tres zonas acotadas para el público con movilidad reducida

Redacción

La tarde empieza pronto. Aunque la procesión ha arrancado a las siete, miles de cofrades llevan todo el día preparando la gran cita de la Semana Santa. Las enormes colas de penitentes, el aroma a incienso y los nazarenos con sus vestas han llenado las calles del centro de Palma con devoción y fervor religioso.

El punto de partida ha sido la iglesia de la Sang. Desde allí han salido las 33 cofradías de Palma por orden de antigüedad, empezando por la más joven, Humildad y Paz, creada en 2009. La Costa de la Sang ha sido uno de los puntos con mayores aglomeraciones, con un gigantesco tapón de personas que llegaba hasta la calle Oms.

Jueves Santo en Palma: Procesión del Crist de la Sang

Entre el nutrido público hay numerosas autoridades y representantes de la sociedad civil. Se ha podido ver al alcalde de Palma, José Hila, y al regidor de Deportes, Francisco Ducrós, que han entregado un ramo de rosas rojas al Crist de la Sang. La presidenta del PP de Balears y candidata a presidir el Govern, Marga Prohens, también ha seguido la procesión desde el balcón de la sede de la formación en la calle Palau Reial, junto al líder en Palma y aspirante a alcalde de Ciutat, Jaime Martínez. A título personal también han acudido el regidor y portavoz de Cort, Alberto Jarabo, y la diputada y también aspirante a alcalde Lucía Muñoz, ambos de Podemos. Sin embargo, la invitada de honor ha sido la Reina Sofía, que ha seguido la procesión con su hermana Irene desde la iglesia de La Sang.

El centro de Ciutat se ha abarrotado hasta tal punto que centenares de asistentes han callejeado por los alrededores del recorrido tratando de buscar algún hueco vacío para ver el desfile. Muchos han venido desde la Part Forana, y ha llamado la atención la cantidad de turistas que también se han apuntado a ver la procesión.

Los que han conseguido un buen sitio han sido testigos de una larga y solemne ceremonia sin apenas incidentes, exceptuando pequeños contratiempos, como cuando a un apóstol del paso de San Miguel se le ha caído un brazo o cuando un cofrade de La Salle, después del trajín de estos días, se ha desmayado de cansancio frente al Palau Reial.

El apóstol ha sido reparado pocos minutos después por una joven penitente, y el cofrade desvanecido, José Luís Picó, de 77 años, ha sido atendido rápidamente y ya se encuentra bien pese al susto.

Entre los asistentes hay incluso antiguos cofrades, que pese a haber abandonado el mundo de las hermandades no se pierden sus citas más importantes: "Voy a todas las procesiones de Semana Santa", asegura Marilén Hernández, antigua cofrade en Simón Cirineo.

Repone fuerzas en una pastelería de Cort para ver el último tramo de la procesión. Su hija, Ana María Hernández, ha seguido su estela y ahora toca el tambor en la agrupación musical de Santa Mónica. Mientras toma un refresco, la madre sigue la retransmisión de IB3 e intenta encontrarla entre el tumulto: "Me resulta muy emocionante. Echo de menos ser cofrade, pero ya no puedo por problemas de salud", confiesa.

Se notan las ganas de este primer Jueves Santo sin restricciones después de la pandemia. Si en 2020 y 2021 no hubo procesiones, en 2022 se hicieron procurando la distancia social, exigiendo vacunación y con mascarillas. Este Jueves Santo es el primero sin medidas de seguridad sanitarias, y el clima ha acompañado.

Entre otras novedades, han vuelto las sillas de alquiler, que se suprimieron durante la covid. Además, este año, el recorrido cuenta por primera vez con tres zonas acotadas para las personas con movilidad reducida: delante de la iglesia de Santa Catalina de Siena, frente a la Basílica de Sant Miquel y en el Passeig del Born.

La mayoría de pasos a pulso van al principio y al final de la procesión. En el núcleo central, la mayoría se desplazan con ruedas. En total, desfilan 37 imágenes. Encabezan la procesión los agentes de la Policía Montada y los Tamborers de la Sala, con tres tipos de melodías. El toque protocolario es el más lento y el que se ha escuchado en la mayor parte del itinerario, aunque también se ha escuchado el toque de llamada y el de marcha. Después, un grupo de penitentes libres precede a la primera cofradía, Humildad y Paz.

Una de las imágenes que el público ha recibido con más emoción es la de Nuestro Padre Jesús el Abandonado, de la cofradía de las Cinco Llagas. Se trata de una imagen portada por una decena de jóvenes costaleros y una única mujer, Maria Antich, de 21 años: "Hace dos años que soy costalera y disfruto mucho", comenta.

En la procesión también ha tenido su papel la Policía Nacional, que con la colaboración de cuatro agentes voluntarios han escoltado a la Virgen de la Salud, la Guardia Civil, que ha salido en piquete de honores con Jesús el Nazareno, y los Legionarios, que han procesionado con la cofradía de La Salle y con el Cristo de los Navegantes.

El Crist llega a las cuatro de la madrugada a La Sang y cierra la procesión

Como es habitual, la procesión se ha extendido hasta bien entrada la madrugada. El Crist de la Sang ha salido a las 00:05 horas entre ovaciones y aplausos del público. Muchos asistentes se santiguan a su paso y le lanzan besos, mientras que otros claman vítores y halagos: "¡Viva!", "¡Guapo!", exclaman. Va precedido por un carro de las ofrendas, portado por varias guardianas de la talla, en el que los fieles depositan dinero y otros obsequios.

El Crist ha realizado todo el itinerario cerrando el desfile hasta llegar de nuevo hasta la iglesia de la Sang a las cuatro de la madrugada. Los sobreposats se turnan para cargarlo y va acompañado por los prohoms, la guardia de honor, la Banda Municipal de Música y un sinfín de feligreses que no han cesado de aplaudir y ovacionarle todo el camino.