Restauradores y comerciantes del Paseo Marítimo de Palma, afectados por las obras de remodelación que se ejecutan desde el 18 de noviembre en vía, se muestran indignados por la basura que se acumula cada día en los contenedores de la vía. Según lamentan, los distintos depósitos son muy escasos, están muy separados unos de otros y no están adaptados a las necesidades de los negocios de restauración, que precisan aperturas más grandes que las convencionales para bolsas domésticas.
Desde que los carriles de circulación, dos de ida y dos de vuelta, se han trasladado al lado del mar y las obras se centran en el lado más cercano a los edificios, los comercios y restaurantes de la zona han perdido clientela como efecto de las propias obras y por la falta de aparcamientos, 600 plazas menos. Los restaurados quieren recordar a la ciudadanía que siguen trabajando y tienen sus puertas abiertas al público pese a las dificultades, pero reclaman a la Autoridad Portuaria que contribuya a mejorar su difícil situación. La transformación del Paseo Marítimo en bulevar no concluirá hasta noviembre de 2024.