Los efectos de la turistización

El centro de Palma, Santa Catalina y El Molinar pierden más de 4.000 vecinos en diez años

La población local retrocede en los barrios de Ciutat que están más sometidos a la presión inmobiliaria y turística, según los datos del padrón municipal - «Ahora mismo el epicentro de la gentrificación está en Pere Garau», advierte la geógrafa Sònia Vives-Miró

Dos turistas con maletas, en la zona de sa Llonja de Palma.

Dos turistas con maletas, en la zona de sa Llonja de Palma. / Manu Mielniezuk

M. Elena Vallés

M. Elena Vallés

Los barrios de Palma que están sometidos a la presión turística e inmobiliaria están perdiendo vecinos. No es sólo una sensación o el conocimiento empírico de casos cercanos, sino que los datos apoyan esta afirmación. El centro de Palma, Santa CatalinaEl Molinar y en menor proporción El Terreno han perdido a lo largo de estos últimos diez años casi 4.200 vecinos. Este retroceso y desplazamiento de población en barrios turistificados «es una realidad que se está reproduciendo en las grandes ciudades del mundo», señala la investigadora postdoctoral en Geografía Crítica Urbana de la UIB Sònia Vives-Miró.

Según datos del padrón municipal, consultables en la web del Ibestat, a fecha de 1 de enero de 2021, Palma contaba con una población total de 419.366 personas, en cambio, en 2011 era de 405.318. Mientras que el número de habitantes ha aumentado globalmente en la capital balear durante la última década, se ha reducido el número de vecinos que deciden (o pueden permitirse) vivir en barrios céntricos o en zonas como Santa Catalina o El Molinar.

Si se compara el número de empadronados en 2019 y 2021 en el casco histórico, el análisis arroja una conclusión clara: la población extranjera está desplazando a los vecinos de toda la vida. En sólo un año, 600 personas, prácticamente todas ellas del norte de Europa (aunque también constan italianos), se empadronaron en los barrios céntricos y otro medio millar de vecinos autóctonos dejaron de estar registrados en este distrito.

Sa Llonja

Barrio a barrio, uno de los que más vecinos ha perdido en diez años es sa Llonja. En 2011 tenía empadronadas 1.832 personas (1.312 de nacionalidad española y 520 extranjeras). En 2021, constan 1.659 (1.269 españoles y 390 extranjeros). Cort es otro de los barrios con mayor porcentaje de extranjeros en Ciutat. En 2011 había 1.502 personas empadronadas (1.040 locales) y en 2021, 1.318 (946 locales). En la zona de la Seu, otro de los lugares más buscados por los millonarios extranjeros, aumenta la población de fuera. En 2019 estaban empadronados 89, en 2021, 102.

Jaume III, Sant Nicolau, Puig de Sant Pere o Sant Jaume también pierden residentes. Un gotero que se repite en Montisión, La Calatrava y en menor medida en la zona de plaza Patins.

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Jaume III / B.RAMON

Únicamente el área de Sindicat gana habitantes, pasando de 4.084 en 2019 a 4.306 en 2021.

Santa Catalina y Es Jonquet también padecen un retroceso poblacional por la turistización del barrio y el tipo de ocio que se ha instalado. En menor medida, sucede lo mismo en Son Espanyolet y El Terreno. Según el padrón, El Molinar, otra zona de millonarios nórdicos y alemanes, también pierde empadronados de nacionalidad española.

Precios de la vivienda

«En efecto, se está dando un proceso de transformación claro, pero para decir que se trata de gentrificación deberíamos saber también si está subiendo la clase social de ese barrio», advierte la geógrafa Sònia Vives. Una manera de comprobarlo es cruzando datos con los precios de las viviendas en estas áreas. Los barrios más caros de la capital balear son el casco antiguo, Son Vida y los próximos a la costa, según el Colegio de Agentes de la Propiedad Inmobiliaria de Balears. Son Vida y algunas zonas del centro (no todas) siempre han sido de clase alta; sin embargo, El Molinar, ciertas áreas del centro histórico o Santa Catalina no siempre lo fueron.

En estos momentos, el metro cuadrado en Es Molinar está a 4.132 euros; en La Seu y Es Born, a 4.308; en Santa Catalina, a 3.506 y en El Terreno, a 3.320.

«Ahora la frontera urbana de Palma está en Pere Garau, que se erige como el epicentro de la gentrificación actual, porque este proceso ya está totalmente consolidado en el centro y en Santa Catalina», advierte la también autora de Geografías de la desposesión de la vivienda a través de la crisis. Los desahucios Marca Palma.

«La gentrificación arrancó en los años 90. Siempre empieza con la inversión privada y luego le siguen las actuaciones públicas de mejora del barrio», señala.

Fondos de inversión

En el libro, que firma junto a Onofre Rullan y Jesús González, establece un mapa de los desahucios en Palma hasta 2014 y reflexiona por qué los motivos de estas desposesiones de la vivienda deben ir a buscarse en las entrañas de los modelos inmobiliarios y cómo guardan relación con las políticas urbanas y turísticas de la ciudad. «Es importante poner la mirada en los fondos de inversión, en su acumulación de renta urbanas a través de la vivienda. Cabe estudiar en el caso de Palma cuáles son esos fondos, qué están comprando, dónde y con qué estrategia. Pero es complicado estudiar este tipo de cuestiones, apenas hay fondos para los estudios de ciencias sociales y se tenía poner en marcha un Observatorio de la Vivienda, es una promesa del Govern que se ha cumplido», lamenta.

Si se hace el ejercicio a la inversa y se buscan los barrios que han ganado población de nacionalidad española, pueden citarse Son Gotleu, que ha ganado habitantes tanto nacionales como extranjeros. Hasta el 1 de enero de 2021 vivían en el barrio 10.284 personas: 6.686 españolas. En 2019, eran menos: 6.479. También ganan población nacional las zonas de Son Cladera, Rafal Vell, Son Rul·lan,, Son Fortesa Nord y Sud, Son Canals, Mare de Déu de Lluc, L’Olivera, Cas Capiscol, Son Sardina, Arxiduc, Indioteria rural, Son Peretó, Son Flor, Son Serra-La Vileta, Son Roca, Son Xigala, El Pil·larí, Sant Jordi o Les Meravelles.

Son Gotleu.

Son Gotleu. / Guillem Bosch

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