Geógrafo e investigador de la turistización

Agustín Cocola-Gant: «La transformación turística de los barrios daña la salud mental de sus habitantes»

«Los más afectados por estos fenómenos son las personas mayores, que se aíslan más en casa y ya no conocen a sus vecinos, y las mujeres»

El geógrafo e investigador Agustín Cocola-Gant.

El geógrafo e investigador Agustín Cocola-Gant. / A.C.G.

M. Elena Vallés

M. Elena Vallés

Agustín Cocola-Gant investiga los impactos del turismo en la ciudad. Su tesis la centró en Lisboa, para cuya universidad investiga, pero vive desde hace años en Barcelona. Una de sus últimas publicaciones en la revista académica Geoforum, una parte de una investigación más amplia, se centra en los efectos que tienen las transformaciones de barrios provocadas por el turismo sobre la salud mental de sus habitantes. El informe se puede consultar aquí: https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S0016718522002433

«Irritabilidad cotidiana, insomnio, estrés, enfado e incluso depresión», enumera Cocola como posibles síntomas. «Son algunas de las sensaciones que más nombraron y repitieron las personas que entrevisté en Barcelona, en el barrio Gótico, donde se centra sobre todo esta investigación, pero que es perfectamente extensible a Lisboa y otras ciudades del sur de Europa, como Palma, cuya problemática también conozco gracias Macià Blázquez o Jesús González de la UIB», señala.

Desposesión física y emocional

Cuando se producen fenómenos como la turistización, «no sólo se genera una desposesión física del espacio, sino también emocional», apunta. «La mayoría de las políticas para controlar el turismo urbano han ido a limitar los apartamentos turísticos, el Airbnb, que está muy bien, pero no es suficiente. Se habla del impacto de estos fenómenos sobre el alquiler y el mercado inmobiliario, sus precios, pero hay otros efectos. Es preciso valorar el gran choque que también supone sobre la vida cotidiana de las personas».

Protesta contra el alquiler turístico en Palma.

Protesta contra el alquiler turístico en Palma. / Guillem Bosch.

«Por ejemplo, en el Gótico de Barcelona hay 16.000 habitantes. La mitad vive ahí desde hace más de cinco años. ¿Qué pasa con su vida, con su día a día? Estos procesos de transformación liderados por el turismo provocan que se presenten una serie de problemas prácticos para los habitantes de estos barrios. Deja de haber tiendas para hacer las compras diarias, faltan espacios públicos, se convierten en sitios más ruidosos. Todas estas disrupciones en la vida cotidiana provocan también un daño psicológico, como irritabilidad, insomnio, cólera, estrés, frustración, rabia y depresión. No estamos hablando solamente de una pérdida de calidad de vida, sino también de una afectación en el estado mental», subraya.

Los mayores y las mujeres, los más afectados

Los residentes más afectados por la turistización de los barrios son las personas mayores, «que son vulnerables y necesitan cuidados y espacios públicos. Con este tipo de fenómenos, que provocan la ruptura de las redes sociales de la zona y cambios de vecinos constantes, se aíslan todavía más en casa y no les apetece salir de casa porque tienen miedo. Acaban rompiendo las pocas relaciones sociales que les quedan y terminan en situaciones de extrema soledad, depresión y con la salud muy deteriorada en general», comenta.

Las mujeres también se ven más afectadas. «En ellas aún recae la responsabilidad de los cuidados. Dejar a los hijos con algún vecino es cada vez más complejo por los cambios que comentaba e incluso pasear con un carrito de bebé en calles repletas de turistas también se complica».

Persona mayor en Palma.

Persona mayor en Palma. / Bernardo Arzayus.

Según Cocola-Gant, en estos barrios con tanta presión turística también peligran los servicios públicos básicos, «como escuelas o centros de salud». «En el barrio más turístico de Lisboa ya ha cerrado la escuela de primaria».

El investigador también ha entrevistado a algunos vecinos después de la pandemia, «que fue un momento en el que tuvieron la sensación de recuperar la calle».

«Los barrios que ya han llegado a niveles de turistización como el Gótico de Barcelona tienen muy difícil volver atrás. A nivel público debe hacerse lo posible para no llegar nunca a situaciones como esa. Las soluciones para revertir la situación deberían ser drásticas: bajar el nivel de intensidad económica basada en el turismo y apoyar los servicios básicos para la población residente. Lo que implicaría cerrar negocios que ya están abiertos. Por eso es importante que todas las ciudades tengan un plan de usos sobre la vivienda y que también regule las actividades económicas que son permitidas, estableciendo ratios pensando en un equilibrio comercial».