Cierra otro comercio histórico de Palma: la copistería y estudio de fotografía Bohigas dice adiós

El propietario, Benet, echa la barrera del comercio de la calle Oms por jubilación y «porque con la Administración electrónica ya nadie hace fotocopias»

Cierra la Copistería Bohigas de Palma tras 87 años de actividad

Bernardo Arzayus

M. Elena Vallés

M. Elena Vallés

La gestión electrónica de cualquier trámite administrativo ha herido de muerte a la histórica copistería y estudio de fotografía Bohigas, ubicado en la transitada calle Oms de Palma. «Irrumpió la pandemia y todo dejó de ser presencial y es algo que ya se ha quedado. La gente presenta los papeles en formato digital. Aquí teníamos máquinas para fotocopiar proyectos de planos de arquitecto y pasamos de hacer cientos de fotocopias a ninguna en los últimos tres meses. No hemos podido resistir», relata abiertamente el propietario Benet Bohigas

«Además los trabajos de ahora no son iguales. Te piden una fotocopia o una foto. Encargos pequeños. Antes la gente hacía dos carretes y los revelaban, ahora las imágenes las tienen en el ordenador. Y luego has de hacerle a la gente todo el trabajo porque lo que hay que fotocopiar lo llevan en el móvil y hay personas que no saben cómo enviarlo desde ahí para que yo pueda sacar una copia», lamenta. El volumen de trabajo y facturación han caído en picado: «Antiguamente, hacíamos aquí en torno a 350.000 fotocopias al mes y ahora estoy haciendo 30 ó 40».

Despedida de clientes

La mañana del primer día con la barrera echada se vive con agitación. Sale maquinaria de la tienda y entran varios clientes que aprecian a Benet. «No lo sabía. No sé si darte la enhorabuena, porque también te jubilas», le dicen. Y es así: el propietario tiene 71 primaveras bien llevadas, pero tampoco tenía pensado retirarse este 2022. Se vive a gusto entre recuerdos y muchas cosas antiguas que aún quedan en la tienda. 

El padre de Benet, el anterior dueño, se jubiló a los 66 y le traspasó la tienda a su hijo en 1975. «Yo llevo encerrado en esta cueva 47 años», confiesa.

La historia de Bohigas se remonta a 1935, cuando abrió sus puertas por primera vez en Es Born. «Mi padre sólo hacía material fotográfico», comenta Benet, quien también es fotógrafo. «Lo que también vendía en la tienda eran manualidades de rafia. Por allí pasaban extranjeros y le compraban. Se vendían bien».

Reforma Jaume III

Tras el primer año de apertura estalló la Guerra Civil. «Mi padre lo pasó muy mal, era catalán, estaba aquí solo. Su hermano estaba en la milicia republicana y a él los nacionales lo querían reclutar, pero pudo quedar exento porque tenía una afección pulmonar», cuenta. Cuando hubo la reforma de Jaume III, Foto Bohigas tuvo que mudarse forzosamente. El comercio estaba en uno de los bajos de los edificios que se derribaron. Fue entonces cuando terminó en el local que ahora es Bohigas, en la calle Oms. «Fue a finales de los años 40», calcula. 

El padre de Benet continuó haciendo fotografía y revelado. «Estaba especializado en la casa Kodak: tenía filtros, cámaras, revelador. Cuando yo entré me abrí a más marcas y metí lo de la copistería», explica, un negocio que fue cogiendo más fuerza frente al del revelado fotográfico. «La tecnología digital se ha impuesto y ahora es diferente. La gente te viene con dos fotos, a veces con diez, pero poco más. Y también tendría que cambiar las máquinas porque éstas se han quedado anticuadas. Y ya tengo 71. Hasta aquí hemos llegado», atestigua con emoción.