La «primera gran pieza» para poner fin a los vertidos en las playas de Palma ya está en funcionamiento. Se trata del colector interceptor y el tanque de tormentas, que tras el periodo de pruebas se han empezado a utilizar y ya han recogido aguas pluviales y residuales tras las precipitaciones de estas semanas, evitando, así, su salida al mar. La última fase de las obras para su puesta en marcha fue la conexión del colector interceptor con otros secundarios, en concreto con los del Portitxol, Aragón y zona norte (polígono de Son Castelló).

Según indicaron las autoridades, esta infraestructura «reducirá hasta un 90% los vertidos», un problema «histórico de Palma» que se verá totalmente solventado cuando entre en funcionamiento la nueva depuradora. Así lo explicaron este viernes tanto el alcalde de Palma, José Hila; como el regidor de Medio Ambiente y Bienestar Animal, Ramon Perpinyà; la presidenta del Govern, Francina Armengol, y el conseller de Medio Ambiente y Territorio, Miquel Mir, que realizaron un recorrido por las nuevas instalaciones.

El alcalde de Palma, José Hila, durante la rueda de prensa por la puesta en marcha del nuevo tanque de tormentas. N.C.B.

Según destacó Perpinyà, la nueva infraestructura hidráulica, que ha tenido un coste de 27 millones de euros, «ha sido una obra muy compleja hecha en tiempos complejos», en referencia al retraso sufrido en las obras debido a la pandemia por el coronavirus y a problemas de suministros. También ahondó en que la instalación es fruto de la colaboración entre el Govern balear y el ayuntamiento de Palma y señaló que con el tanque de tormentas se evitarán hasta el 90% de los vertidos a las playas de Ciutat, dado que «tiene capacidad para almacenar hasta 50.000 metros cúbicos de agua».

El conseller de Medio Ambiente y Territorio, por su parte, explicó que con la puesta en funcionamiento de la nueva infraestructura, cuyos trabajos se iniciaron en 2019, se pone fin «a una situación ignorada durante décadas» y a la que «por fin» se ha puesto solución. Incidió, además, en que esta construcción es solo uno de los primeros pasos para acabar con los problemas de calidad del agua en la bahía de Palma y que las obras han sido financiadas a través del canon de saneamiento.

Cuidado del medio ambiente

«Queremos que cuando llueva no se cierren las playas de Palma», dijo contundente y orgulloso por el logro conseguido José Hila, quien destacó, además, que la nueva infraestructura «cuidará del medio ambiente».

La presidenta del Govern también acudió a la visita y agradeció el trabajo realizado a todos los que han participado desde el inicio en el proyecto, también a Neus Truyol, presente en la inauguración y a quien, cabe recordar, la Fiscalía pide cuatro años de cárcel por delito medioambiental precisamente por los vertidos producidos en la bahía de Palma.

Armengol señaló que el importe destinado al tanque de tormentas, 27 millones, ha sido una cantidad «muy bien invertida para garantizar la calidad de vida de los ciudadanos y ciudadanas». Tampoco quiso perder la oportunidad brindada y aprovechó para recordar que desde 2015, cuando empezó a gobernar el Ejecutivo balear, se han invertido un total de 395 millones de euros en obra nueva y mantenimiento de infraestructuras de depuración y saneamiento de agua, una cantidad que, dijo, «alcanzará los 420 millones de euros al final de legislatura». Finalmente, aunque la presidenta apuntó que «la obra ha sido complicada en lo que a ingeniería se refiere», insistió en que «con la voluntad del Govern y del Ayuntamiento se ha podido llevar a cabo», por lo que concluyó diciendo que «los sueños se pueden hacer realidad».