La Autoridad Portuaria de Baleares abre ahora la puerta a la continuidad del Real Club Náutico de Palma más allá de 2022. Y lo hace en respuesta a un escrito presentado por el mismo club y en un giro inesperado, un año y ocho meses después del informe de la Abogacía del Estado solicitado por el mismo organismo que llenó de incertidumbre a los directivos, los 2.000 socios y los más de 400 clientes amarristas de la la histórica entidad palmesana, al concluir que la naturaleza jurídica del título otorgado a al club es un contrato de gestión de servicios públicos y no una concesión administrativa, lo que impedía su continuidad más allá del próximo 31 de diciembre.

De esta forma, la Autoridad Portuaria ha dado trámite ahora a la solicitud presentada por el Náutico de Palma para que le sea otorgada una concesión de 30 años con carácter retroactivo, desde 1992 hasta el 31 de diciembre de este año, lo que, en el caso de ser aceptada, le permitiría continuar con los procedimientos de ampliación del plazo para conservar sus instalaciones y seguir desarrollando su labor deportiva y social. Y al mismo tiempo el organismo abre un periodo de alegaciones sobre la petición realizada por el club, cursada el pasado mes de agosto y donde se sostiene que el organismo portuario debió completar la transformación de contrato de servicios mediante el otorgamiento de una concesión demanial cuando se produjo la modificación de la Ley de Puertos de 2003, informó ayer a través del Boletín Oficial del Estado. (Lee aquí la comunicación de la Autoridad Portuaria en el BOE).

Carlos Gil de las Heras, abogado especialista en Derecho Portuario, en el Real Club Náutico de Palma

Esta tesis, defendida por el abogado del Real Club Náutico de Palma, Carlos Gil de las Heras, se sustenta en los fundamentos del informe del Consejo de Estado del pasado mes de julio que, pese a negar que  los contratos de servicios puedan equipararse a una concesión administrativa, achaca a la Autoridad Portuaria de Baleares la situación de “precariedad” en la que se encontraría el RCNP desde aquel año.

El hecho de que el título del Real Club Náutico de Palma sea reconocido como una concesión es clave es su pretensión de ver ampliado su plazo de actividad más allá del 31 de diciembre de 2022, dado que esta posibilidad está vedada a los contratos de servicios.

La valoración de Emérico Fuster, presidente del Náutico de Palma

Emerico Fuster, sobre la prórroga a la concesión al Real Club Náutico de Palma: "somos optimistas" MANU MIELNIEZUK

Emerico Fuster, presidente del RCNP, valora la apertura del periodo de alegaciones a la reclamación del club, por cuanto supone que la Autoridad Portuaria de Baleares ha acogido sus tesis y, con la apertura de dicho trámite, ha iniciado el proceso para el otorgamiento de la concesión. 

“Podría haberla archivado o simplemente no haber contestado, y por eso creemos que es una buena noticia. Nuestro escrito está muy bien fundamentado en base al contenido del informe del Consejo de Estado, que si bien entendió que el club no era titular de una concesión, reconoció que su situación debió resolverse hace 19 años por parte de la administración. No estamos pidiendo que se nos dé una concesión directa para los próximos 30 años, sino con carácter retroactivo, para que quedé constancia de que lo hemos sido durante todo este tiempo, y continuar con la ampliación de plazos a que tenemos derecho”, ha explicado Emerico Fuster.

El periodo de explotación del Real Club Náutico de Palma expira el próximo 31 de diciembre. En este sentido, el presidente ha querido trasladar un mensaje de tranquilidad a los socios y usuarios del club, y ha confiado en que el próximo Consejo de Administración de la APB someta a votación y apruebe el otorgamiento de una Autorización de Ocupación Temporal (AOT) para que la entidad pueda seguir gestionando sus actuales instalaciones mientras se tramita, primero, la petición de la concesión retroactiva y, posteriormente, la ampliación de plazo por un periodo de 20 años, expediente que se encuentra abierto desde 2015.

Fuster ha recalcado la “indudable importancia social” del Real Club Náutico de Palma, una institución que “forma parte del patrimonio deportivo y marítimo de la ciudad” y cuya labor ha calificado de “insustituible”.

Ligado históricamente a la Familia Real, el Real Club Náutico de Palma fue fundado en 1948, aunque sus orígenes son más antiguos, y es una de las instituciones más arraigadas en la sociedad palmesana, con regatas de repercusión internacional, como el Princesa Sofía y la Copa del Rey de vela con una de las mejores escuelas de vela de España, además de la labor social que realiza con jóvenes en riesgo de exclusión.