Las obras de reconstrucción del colector de aguas pluviales de la Platja de Palma, que discurre por el subsuelo del paseo de primera línea de la zona turística, van a comenzar después del próximo verano y tendrán una duración de 19 meses. Tal como han explicado este lunes por la mañana el alcalde, José Hila, la teniente de alcalde de Infraestructuras, Angélica Pastor, y el gerente de Emaya, Manuel Menéndez, los trabajos se han programado de tal forma que no interfieran en el normal desarrollo de la temporada turística. De esta forma, las obras se iniciarían después del verano de 2023, se interrumpirían cinco meses durante la temporada alta de 2024 para proseguir en 2025 e interrumpirse de nuevo a lo largo del verano de este último año en el caso de que no hayan concluido.

El mal estado de este colector, que tiene una antigüedad de 27 años, se ha detectado tras el encargo de un estudio por parte de Emaya a una empresa especializada que ha concluido que el hormigón de la cubierta superior del también denominado CAZ debe ser sustituido al menos en dos de sus tres tramos.

Aunque no se trate de una actuación "perentoria", según el alcalde, con esta sustitución "nos adelantamos a posibles problemas que pueden ocurrir en un futuro" en una zona tan sensible como es el paseo de primera línea de la Platja de Palma. El colector es una estructura de cuatro kilómetros de longitud, que recorre todo el paseo de primera línea de la Platja de Palma. Constituye un cajón de hormigón armado de entre tres y tres metros y medio de anchura por dos de alto.

El colector de pluviales discurre por el paseo de primera línea de la Platja de Palma (en rojo). AJUNTAMENT

Se construyó con el fin de canalizar toda el agua pluvial que se genera en la zona turística y verterla al mar por tres salidas, habiéndose producido previamente un proceso de decantación con el fin de que los lodos y otro material que el agua pluvial arrastra no salga a la playa cuando hay temporales. No obstante, para que lo anterior no ocurra se precisa que se proceda a su limpieza de forma periódica, algo que, en sus 27 años de vida, solo ocurrió en el anterior mandato en dos ocasiones a partir de 2017.

El alcalde ha recordado que, gracias a esta limpieza, ya no se debe cerrar la playa de Palma cada vez que llueve por posible contaminación de las aguas, como sí ocurría antes de que Emaya procediera a la retirada e las toneladas de lodos y basura acumulada durante años en el interior del CAZ.

El proyecto de restauración tiente un coste de 6 millones, cuatro de ellos aportados por fondos europeos a través del programa Netx Generation.

Ya que se trata de una obra que excede al simple mantenimiento, se va a encargar de su ejecución el área de Infraestructuras, aunque la concejala Angélica Pastor, ha puesto de relieve "el trabajo conjunto realizado con Emaya".

Por su parte el gerente de Emaya, Manuel Menéndez, ha explicado que las obras se realizarán en tres tramos. El primero va desde la calle Goleta hasta el torrente de sa Síquia, el segundo desde este punto hasta la confluencia del paseo de primera línea con la calle Missió de Sant Gabriel, y el tercero hasta el torrente dels Jueus. En los dos primeros tramos, entre otros trabajos, se va a proceder a la completa sustitución de la losa superior del CAZ para colocar otra prefabricada de 15 centímetros, lo que supondrá la demolición de la parte del paseo situado sobre el colector.