Leonor Vich Martorell es una de las propietarias de Can Joan de s’Aigo. El histórico establecimiento es parte de la vida de los mallorquines y contribuye a mantener la historia y la personalidad de una Palma cambiante. Su reto principal es garantizar la calidad de sus productos.

¿Qué supone para Can Joan de S'Aigo recibir el Premi Diario de Mallorca Empresa?

Lo agradecemos mucho, es una manera de decirnos que estamos haciendo las cosas bien, que para nosotros es lo más importante. Siempre hemos intentado mantener la calidad y también mantener los locales como tiendas de aquí. Además de una alegría es una responsabilidad, porque nos queremos hacer merecedores de este premio ahora y de cara al futuro, es un recordatorio de que hemos de seguir así.

Son diez primos propietarios. Familia, negocios... ¿Cómo se gestiona eso con éxito?

Todos tenemos la misma prioridad: que el negocio funcione y mantener la calidad y las tres casas abiertas (Carrer Can Sanç, Baró Santa Maria del Sepulcre, Sindicat). Cuando algo te viene de parte de un abuelo, como es en nuestro caso, te sientes más vinculado y el interés porque funcione es mayor. Además, es un nexo que nos une.

Can Joan de S'Aigo forma parte de la historia de Palma, ¿sienten cierta responsabilidad hacia la ciudad, hacia sus habitantes?

Sí. Nos sentimos parte de Palma, de los palmesanos, y también de los mallorquines. Mucha gente de los pueblos que viene a Palma para comprar algo o ir al médico, por ejemplo, siempre tiene la parada obligada aquí, como una tradición. Y mantener las tradiciones y sentirnos parte de la vida de los mallorquines es un objetivo muy importante, que sientan Can Joan de S’Aigo como suyo. A veces nos dicen «esto no me gusta». Sienten que tienen el derecho, o incluso la obligación, de opinar. Y estamos encantados.

Una chocolatería y heladería de siempre que se mantiene en una ciudad cada vez más llena de heladerías ‘take away’. ¿Cómo ven este proceso de cambio de negocios en Palma?

La sociedad ha crecido, Palma ha crecido y cada vez viene más gente. Yo creo que hay sitio para todos, defiendo todo tipo de comercio y de turismo. En Palma hay oferta para el que se quiere tomar un helado mientras pasea, que es fantástico, y también hay oferta para el que quiere sentarse, estar tranquilo, y que le sirvan ‘a la clásica’ y le recomienden. Sí que es verdad que muchos negocios de toda la vida van cerrando y a mí personalmente me da pena porque me gusta una Palma y una Mallorca de mantener las tradiciones. Estamos abiertos al turismo, pero que uno de nuestros atractivos precisamente es diferenciarnos como ciudad.

¿Ya se han recuperado de la pandemia?

Los que nos ayudaron muchísimo, entonces y ahora, son los clientes, lo mejor que tenemos. La pandemia es una losa que pasearemos un tiempo, pero tiramos adelante.

Premi Diario de Mallorca 2022. Empresa.

Abrieron el local de Sindicat en mayo de 2018, una gran aventura, ¿qué balance hacen?

Muy positivo. Can Sanç, la casa madre, es la del siglo XVIII; la de Baró Santa Maria del Sepulcre es la del siglo XX y la del antiguo Triquet es la del siglo XXI. Crecemos según Palma crece. No llevamos un ritmo muy acelerado pero es que, insisto, lo principal es mantener la calidad. El balance del nuevo local es muy bueno, ha facilitado mucho la recogida de paquetes para llevarse.

¿Qué significa crecer en Can Joan de S'Aigo? Desde fuera parece el sueño.

Significa crecer relacionándote con las tradiciones, con la estrella de la gastronomía mallorquina, que es la ensaimada. Te hace crecer valorando tus raíces y las tradiciones mallorquinas. Por ejemplo, el Día del Corpus era el día oficial de la temporada de verano, y la gente empezaba a comer helados. Y en Navidad, todos íbamos a misa de matines y a escuchar a la Sibil·la, y después a tomar un chocolate con ensaimada... Estas tradiciones nosotros las hemos vivido por partida doble.

¿Hay relevo generacional entre la clientela?

Sí, y eso nos encanta. Los que venían de pequeños siguen viniendo de adultos.

Tras la nueva sede, ¿ven alguna novedad más en el horizonte?

Cada cambio siempre será para ofrecer algo más, y siempre que se garantice la calidad, lo vuelvo a decir. Pero mira, una novedad reciente, pospandémica, es que en el local de Can Sanç hemos reservado un espacio, con capacidad para unas 40 personas, para la gente que quiera pueda hacer sus celebraciones allí, que es algo que los clientes nos pedían cada vez más. Siempre les escuchamos.

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