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Siete chalés de lujo en los últimos bancales de La Bonanova

Una constructora alemana proyecta levantar en 2023 en el barrio palmesano una promoción de unifamiliares con piscina ubicada entre las calles Francesc Vidal i Sureda y Puig de Pollença

Recreación del proyecto de los siete chalés de lujo con piscina de La Bonanova GIGARON S.L

La empresa constructora alemana Gigaron proyecta levantar en el barrio palmesano de La Bonanova siete nuevos chalés de lujo con piscina en uno de los últimos espacios libres de la zona, ubicado entre la calles Francesc Vidal i Sureda y Puig de Pollença.

Se trata de un terreno en pendiente que hasta el momento se había salvado de la urbanización, ubicado entre las viviendas de las dos calles mencionadas, sin más conexión que un vial de uso privado, y dedicado hasta hace muy poco al uso agrícola, con pequeños huertos que se sucedían entre bancales y poseían hermosas vistas que alcanzaban hasta Illetes.

Ahora el terreno ha sido dividido, según el proyecto del arquitecto Juan Rotger Arbona, en siete parcelas de 561 metros cuadrados cada una, donde se proyecta construir hasta siete viviendas unifamiliares con un jardín y piscina, dos plantas y azotea aprovechable.

La superficie útil de cada nueva vivienda, dispuestas una detrás de otra en el terreno, es de 280 metros cuadrados, según informa la constructora, distribuyendo en esta superficie cuatro dormitorios, tres baños y garaje.

Imagen actual de la zona donde se proyectan los siete chalés. Miguel Vicens

El proyecto, según advierte la propia firma promotora, todavía está pendiente de la preceptiva licencia municipal, que espera obtener en el verano de 2023 para ampliar los detalles sobre las nuevas construcciones a los clientes interesados. Sin embargo, el nuevo Plan General de Palma, todavía en fase de aprobación inicial, ya califica el terreno como zona de uso residencial unifamiliar, contemplando al mismo tiempo el uso turístico de las nuevas viviendas si sus futuros propietarios lo consideran oportuno.

La zona, en el triángulo que forman el oratorio de la Bonanova, la calle Francesc Vidal i Sureda y la calle Puig de Pollença, está incrustada en el núcleo histórico del barrio, que el escritor Camilo José Cela definió en los años sesenta como «un caserío entrañable, minúsculo y sentimental» que «ama su decorado y cuyo espíritu se conserva por encima del tiempo y del progreso».

Pero el barrio palmesano ha perdido ya definitivamente ese carácter tradicional que el Nobel capturó. Ahora hay más de una grúa por calle, cada casa que se derriba es sustituida en tiempo récord por una nueva construcción de lujo solo apta para propietarios de muy alto poder adquisitivo, y los precios, tanto en plurifamiliares como en chalés, escalan por encima de los 10.000 euros el metro cuadrado, como en el barrio vecino de Gènova. Incluso la empinada cuesta del antiguo oratorio ha perdido ya sus panorámicas vistas entre pinos centenarios, sustituidas por las fachadas de dos casas de lujo en construcción.

Entrada lateral al terreno donde se proyecta la promoción, con el cartel anunciador. MIGUEL VICENS

Los vecinos de La Bonanova han expresado sus quejas al ayuntamiento de Palma por el desarrollismo que, según consideran, impulsa en el núcleo residencial el nuevo Plan General, además de criticar una nueva carretera de 17 metros prevista por Cort que linda con el bosque de Bellver, un vial que empezaría en el Passeig de la Bonanova y terminaría en el Camí del Tramvia. Según sus quejas, el nuevo acceso supondría un impacto visual muy grave, su construcción afectaría a una zona de pinar e interrumpiría directamente la entrada al bosque de Bellver que hay en el barrio. Las alegaciones también piden que se amplíen muchas de las aceras más estrechas del barrio.

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