La capilla de la imagen de la Mare de Déu de la Salut, en la iglesia de Sant Miquel, quedó ayer más adornada que nunca con la ofrenda de frutos y flores de decenas de ciudadanos. La tradicional romería desde la plaza Berenguer de Palou hasta la parroquia congregó a numerosos fieles, asociaciones de vecinos e incluso casas regionales. Todos ellos siguieron la procesión con flores en la mano y al ritmo de las xeremies.