El fin de semana del Puente de la Assumpció ha sido «especialmente terrorífico» en es Jonquet porque los residentes han tenido que soportar gritos, peleas, sexo en la vía pública y consumo de sustancias estupefacientes las tres noches y madrugadas, además de mucho alcohol, como quedaba patente con el rastro de suciedad dejado en la calle. La asociación de vecinos Barri Cívic de Santa Catalina, de la que forma parte la zona declarada Bien de Interés Cultural, denunció ayer una vez más «lo repetido hasta la saciedad respecto al incivismo que se ha apoderado del barrio».

Por este motivo, la asociación exige al ayuntamiento de Palma «el cierre inmediato de las discotecas Luna y Sabotaje, así como de todos los locales nocturnos que ejercen de discoteca, tales como el Brooklyn, Kaelum, Ventura y Molly Malone, entre otros, que provocan grandes concentraciones de personas bebiendo y gritando en las calles. Generan un grave problema de salud pública, claramente incompatible con un barrio residencial que clama Silenci, Respecte, Civisme», tal como dice el lema de la campaña que iniciaron hace un año.

Sobre lo sucedido este fin de semana en la plaza del Vapor, la calle Sant Magí y las estrechas vías del entorno, la entidad detalló en una nota de prensa que «cientos de personas» se congregaron en el área y armaron tal desmadre que los residentes más cercanos tuvieron que llamar a la policía. «Acudió a dispersar a la multitud la madrugada del domingo. Sin embargo, la situación se repitió la madrugada del lunes, esta vez sin presencia policial, por lo que los afectados hemos soportado otra jornada sin poder conciliar el sueño», detallaron.

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Desmadre en Santa Catalina durante el puente de la Assumpció.

Además del escándalo, critican que «las calles han amanecido con orines en numerosos rincones, botellas de cristal rotas por el suelo y otros restos de botellón, e incluso los habitantes de un piso han encontrado una compresa usada pegada a su ventana».

Concluyen desde Barri Cívic que «tener policía en cada esquina no es sostenible. No podemos estar pagando con los impuestos municipales a una policía para que haga un servicio de vigilancia generado por discotecas y negocios privados, que deberían estar en zonas del extrarradio no habitadas, es decir, en zonas habilitadas como polígonos de ocio».